miércoles, 20 de noviembre de 2013

MIGUEL SERRANO: LA LARGA VIDA DE UNA LARGA SAGA

El pasado 28 de febrero amaneció nublado, lluvioso. Los relámpagos cortaban el día, rugiendo desde los dominios estelares e intentando aterrar con iras divinas a los hombres que, desde hace muchas centurias, ya no les temen. Una postal inusual, insólita; inesperada en el Santiago de pleno verano. Fue un hermoso día, sin embargo, para que don Miguel Serrano Fernández se marchara y dejara la patria por la que tanto soñó y luchó, convencido férreamente en su ideario. Él siempre creyó en las sincronías. Un día veraniego pero con lluvia y rayos cayendo del cielo, cual tormenta de golpes iracundos del martillo de Thor, usando la bóveda celeste como yunque.
Serrano vivió siempre en la excepción, en la disidencia, en la rebeldía: en lo que no debe ser, pero es. Remó contra todo y contra todos, sin escatimar en las consecuencias que le traería esto a su carrera, a su prestigio o a su reconocimiento en el mundo de las letras, valorado sólo por un puñado de leales escritores y colegas de oficio. También amó como sólo él podía a nuestra ciudad, nuestro Santiago del Nuevo Extremo: sus rincones y esquinas, esas que vivía transitando y recorriendo como si fuese su primera vez en ella: "Siento nostalgia todos los días -declaró una vez, entrevistado por el portal Nuestro.cl-. Pero todavía existe el Santiago secreto, los cités, los viejos barrios, Avenida Matta, Mapocho. En todas partes hay secretos lugares, secretas plazas. A pesar de los rascacielos. El barrio Concha y Toro, Valparaíso. La calle Carmen, la calle Marcoleta. El cerro Santa Lucía... Siento nostalgia de las conversaciones en los bares hasta el amanecer, del sentido de la amistad". Los mismos que ayudaron a esconder bajo la alfombra de la biblioteca a las horrorosas odas de Pablo Neruda para los crímenes de Stalin, o que tendieron mantos de seda opaca sobre los incendiarios discursos de Volodia Teiteilboim justificando con fanatismo las masacres de la tiranía bolchevique, jamás le perdonaron a Serrano sus filiaciones políticas "políticamente incorrectas", sin embargo. Prefirieron presentarlo como el nazi chiflado, asiéndose de uno que otro antojo para sostener el anatema que, en realidad, sólo buscó deslegitimarlo ante la posibilidad de cualquier premiación o reconocimiento a su trabajo. Serrano se fue, así, ajeno a los premios, pero no al afecto de quienes le conocieron. Me sorprendió gratamente la diversidad de los asistentes a su último adiós: intelectuales, artistas, músicos, poetas y, por su puesto, su círculo de camaradas. Su muerte, acaso, llamó a tanta homogeneidad como la que tuvo también alrededor de su vida, aunque algunos consideren esto incomprensible, cegados por los prejuicios en torno a su persona.

LA GENERACIÓN LITERARIA DE '38 Miguel Serrano Fernández nació el 10 de septiembre de 1917, en la calle Santo Domingo de Santiago de Chile, la ciudad de la que jamás pudo desprenderse en forma definitiva aún cuando varias veces debió dejarla; "junto a las altas cumbres de mi patria", como decía él, explicándose una íntima conexión con el significado de su apellido. Perdió a sus padres siendo muy joven y fue matriculado en el Internado Barros Arana, donde hizo sus estudios teniendo por compañeros a varios otros chiquillos que serían importantes figuras del mundo del arte y la cultura, curiosamente. Su juventud se incubó en una flor milagrosa en nuestra historia cultural y artística: la Generación literaria del 1938, una de las más prolíficas y valiosas de todo el currículo de la literatura chilena. Serrano formó parte de una especie de tabla redonda de jóvenes y grandes amigos literatos, que se reunían permanentemente a volcar efluvios creativos en la cotidianeidad de sus reuniones en locales de calle San Diego y Avenida Matta. Allí estaban Héctor Barreto, Teófilo Cid, Juan Emar, Guillermo Atías, Braulio Arenas, Enrique Gómez Correa, Jaime Rayo y Eduardo Anguita, entre otros. Todos ellos configuraron las características que le serían propias a la literatura y la poesía chilenas, lo que les convierte, a juicio de muchos, en la más relevante de las generaciones de las artes escritas. Aunque era sobrino del poeta Vicente Huidobro y había varios escritores y poetas de su grupo simpatizantes de la causa republicana española (con el estallido de la Guerra Civil), Serrano no adhirió a estas tendencias sino hasta 1936, cuando cayó muerto en una revuelta callejera su joven amigo, el escritor Héctor Barreto. La escaramuza había comenzado entre un grupo de socialistas y nazistas, en uno de los restaurantes que frecuentaban los jóvenes escritores, y terminó a balazos, con Barreto muerto. Desde entonces, Serrano incursionó en la redacción de orientación política, participando de algunas revistas de corte socialista. Nunca abandonó su esfuerzo por rescatar la obra del poeta muerto, convirtiéndose casi en su embajador en el mundo de los vivos. Esta aproximación al izquierdismo le permitió conocer, además, a la poetiza uruguaya residente en Chile, Blanca Luz Brum, quien también variaría hacia ideas nacionalistas, en años posteriores. Si bien fue un solitario, cual Lobo Estepario, ajeno a las agrupaciones de poetas como "Mandrágora" o "David", Serrano no sólo formó parte esencial de esta generación, sino que ayudó a forjarla, al publicar su trabajo "Antología del verdadero cuento en Chile" en 1938, cuando contaba con sólo 21 años. Esta obra está considerada entre los más grandes hitos de las letras nacionales, por su valor y trascendencia. En una audacia que provocó gran polémica con otros colegas de oficio, incluyó en ella los cuentos de varios de sus jóvenes amigos casi desconocidos en la época, además de uno propio. Escritores de profesión como Carlos Droguett le discutieron con ferocidad a Serrano su derecho a tomarse tan particulares atribuciones, pero el tiempo demostró el acierto del autor. Anguita diría en su "Anguitología", que Serrano, a través de su antología, "pretendió sentar el axioma absoluto de que el género cuento era la forma precisa y exclusiva de ser chileno".

NACIONALSOCIALISMO Y ESOTERISMO Ese mismo año, sin embargo, el día 5 de septiembre, tuvo lugar uno de los acontecimientos más horrorosos de la historia de Chile: la Masacre del Seguro Obrero, en la que 59 muchachos nacionalsocialistas inspirados en el Tercer Reich y opositores al Gobierno de Arturo Alessandri, fueron brutalmente asesinados en la Torre del Seguro Obrero (actual edificio del Ministerio de Justicia, en Plaza Constitución), con una vesania y violencia que causó conmoción en la sociedad chilena, al punto de arrebatar las posibilidades de victoria al candidato presidencial del oficialismo, Gustavo Ross Santa María, en favor de Pedro Aguirre Cerda, que ganó por estrecho margen. Serrano quedó impactado con los acontecimientos del Seguro Obrero y buscó comunicarse con uno de los líderes del movimiento, Carlos Keller, escarbando por alguna explicación sobre lo sucedido. La conversación que mantuvo con Keller causó profunda mella en el joven escritor quien, después de meditarlo, ofreció su apoyo al entonces "jefe" del nazismo criollo, el abogado Jorge González von Marées, intercambiándose ambos algunas cartas que fueron publicadas en la prensa. Desde aquel momento, Serrano quedó convencido del pensamiento nacionalsocialista y declaró su adhesión a la Alemania, participando ardorosamente en el diario "El Trabajo", organismo oficial del movimiento. En tanto, publicó su trabajo "Un discurso de América del Sur", en 1939, basado en un discurso pronunciado en la Sala de Honor de la Universidad de Chile. Allí afloran por primera vez las orientaciones matrices del discurso de Serrano, abogando por una identidad nacional y pronosticando los grandes cambios que se aproximan sobre la historia. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, no ocultó su simpatía por el hitlerismo, llegando a figurar en las "listas negras" que las fuerzas aliadas hicieron circular en Chile durante la gran conflagración. Esto sería, a la postre, lo que le condenaría a la ingratitud y al desprecio desde las esferas oficiales de la cultura nacional, privándosele de todo premio o reconocimiento, como castigo a la controvertida opción que tomó para sí y a la que, sin embargo, permaneció fiel toda su existencia terrenal, motivado por energías y convicciones de otros mundos, de otras vidas.
Ya instalado en su persona este ideario, Serrano escribió en 1941 una de sus obras más importantes: "La Época Más Oscura", editado bajo el sello de la casa Zig-Zag. Huidobro definió este libro obra como "los cuentos más notables de toda la literatura moderna", antes de enemistarse con su sobrino por cuestiones políticas. Para muchos, además, éste libro de cuentos es uno de los que pone en marcha la identidad de la Generación del '38. También publicó la revista "La Nueva Edad", en plena guerra mundial, donde abordó temáticas totalmente novedosas y controversiales sobre las raíces profundas de la lucha europea, motivada desde la íntima confrontación de principios elementales del mundo, repetidos desde una batalla cósmica que se retrotrae a los principios de la creación. Conceptos que, por extraño que pueda sonar hoy en día, sólo fueron revelados popularmente y de manera más bien antojadiza muchos años después, a través de autores como Louis Pauwels y Jacques Bergier. Serrano confesó, en años posteriores, haber recibido iniciación de un maestro esotérico, volcándose a una disciplina ecléctica y filosófica de la que nunca se desprendió, por lo que sus publicaciones, en aquellos conflictivos años, eran sólo sus primeras incursiones en el Hitlerismo Esotérico, que sería la línea central de sus escritos, implícita o explícitamente.
Sus libros más comprometidos con el tema fueron muy posteriores, sin embargo: "El cordón dorado", "Adolf Hitler: El último avatara" y "Manú: Por el hombre que vendrá", de los que hablaremos más abajo. Para muchos, la apología del hitlerismo y reivindicación de la swástica que hizo en esta trilogía, fue lo que terminó de condenar su carrera al desdén y al pesado cargo de quienes preferían juzgarlo por su pensamiento antes que por sus trabajos. Cabe advertir, sin embargo, que estas convicciones de Miguel Serrano siempre tuvieron por base los conocimientos esotéricos, algunos compartidos con sus lectores y otros guardados en lo más íntimo de su credo. "Sólo el mito me inspira", decía en sus escritos, siempre construidos sobre la prosa poética, etérea, apreciada de figuras y metáforas, y en la que abundan los códigos, los símbolos, los lenguajes del argot.

ACCIONES DE CONTINGENCIA
Pese a la orientación filosófico-pagana que dominaba gran parte de su actuar y de su visión política, no estuvo ajeno a las cuestiones relacionadas con las graves contingencias de su época: por entonces, intentó convencer a su tío, el Canciller Joaquín Fernández y Fernández, de no cursar la ruptura chilena con los países del Eje. En vano, pues el Presidente Juan Antonio Ríos debió ceder de todos modos a las presiones de los países aliados. Esta ruptura con el Eje y el sometimiento del Gobierno a la voluntad de los Estados Unidos, principal interesado en el aislamiento de Alemania e Italia, fue pésimamente tomada por los militares chilenos quienes, azuzados por sus pares argentinos del movimiento peronista, evaluaron incluso derrocar a Ríos. Pero Serrano y otros nacionalistas de la época no adhirieron ni a éste ni a los siguientes intentos sediciosos, como veremos. Por ese tiempo, Serrano trabajaría en la agencia "Panagra", en Huérfanos con Morandé, empleo que le había conseguido Blanca Luz quien, como hemos dicho, había marchado desde las ideas izquierdistas hacia el nacionalismo, tal como él. El director de "Panagra" era marido de la poetiza. En esta etapa de su vida, Miguel Serrano denunció y permitió desbaratar una intentona golpista encabezada por militares aliados del General Ibáñez del Campo y dirigidos secretamente por nacionalistas argentinos que, en 1948, pretendía derrocar al Presidente Gabriel González Videla.
Este complot, conocido como "Patitas de Chancho", fue descrito por Leónidas Bravo en su conocido libro "Lo que supo un Auditor de Guerra". "Si no es por mi intervención -escribió Serrano-, el complot resulta. Vi al Presidente y éste me recibió en su oficina de La Moneda. Me tomaron preso y me soltaron; también a Oscar Jiménez y a Sergio Onofre Jarpa. De Oscar respondo por su lealtad total. Jamás traicionaría a nadie. Decidí volver a ver a Gabriel González Videla y le visité en el Palacio del Cerro Castillo, en Viña del Mar. Arrellanado en un sillón, casi como un muchacho, nervioso, escuchando mis opiniones e interrumpiéndome de pronto, para declararme: "- Mire, no hable más, no diga nada más. Usted es un joven puro, nada sabe de política. Esto es muy sucio y yo me he embarrado hasta el cuello..." Hacía un gesto rápido con su mano. Nos despedimos. Y no nos veríamos nunca más". Este suceso marcaría una ruptura entre Serrano y otro referente del nacionalsocialismo chileno, Guillermo Izquierdo Araya, quien se había suscrito entre los conspiradores. Pese a todo, Serrano jamás emporcó el prestigio ni la memoria de Izquierdo, por quien profesaba gran admiración.
LA ANTÁRTICA El 27 de enero de 1947, comenzó la construcción de la primera base chilena en el Territorio Antártico, cuyos límites habían sido declarados durante el Gobierno de Aguirre Cerda. Se llamaba "Soberanía", más tarde rebautizada "Arturo Prat" y fue diseñada por el arquitecto Julio Ripamonti Barros con un muelle y una cabaña prefabricada, a cago de la Armada. Ubicada en Bahía Chile, de isla Greenwich de las Shetland del Sur, contaba con antenas, bodegas, radioestaciones, cocinas y combustión permanente, siendo oficialmente inaugurada el 6 de febrero, por el Comodoro de la Flotilla Antártica, Federico Guesalaga Toro. Junto a los uniformados que realizaron esta hazaña, participó una gran cantidad de civiles de renombre, como el futuro Director del Instituto Antártico Chileno, Óscar Pinochet de la Barra; el distinguido ex embajador José Miguel Barros; y el periodista Oscar Vila Labra, autor del libro "Chilenos en la Antártica", prologado por el escritor Francisco Coloane, también partícipe de estas expediciones. Miguel Serrano asistió como reportero de la revista "Zig-Zag" y del diario "El Mercurio".
Años después, admitiría que consiguió integrarse a esta expedición convencido de poder acercarse a las míticas "entradas polares" al Mundo Interior en las que, según la leyenda, el Führer y sus más leales huestes se habrían refugiado hacia el ocaso de la Segunda Guerra, esperando el final de los tiempos. Serrano, por cierto, conocía los detalles de la enigmática misión antártica alemana realizada por el Capitán Ritscher, diez años antes, y de ahí sus afanes. La extraordinaria experiencia del autor ha sido tema de profunda inspiración para su vasta obra y la de los analistas de los mitos antárticos. Así nació su conferencia "La Antártica y otros mitos", de 1948. "La brújula del alma apunta al Sur", decía él recordando estas aventuras al respecto, y haciendo reaparecer constantemente el tema antártico. "La Antártica es el sexo del mundo, y Chile está junto a ella... Vivimos en el chacra Mudalhara de la tierra". Con esto, el poeta se explicaba el porqué de la orientación tan sexualizada de la sociedad chilena.
Como reconocimiento a su participación en las expediciones, Miguel Serrano contaba también con su nombre colocado en un monte antártico, durante el viaje. Pero, como parte de la destrucción y del castigo que se ha tratado de hacer contra el autor, el nombre fue modificado, posteriormente. El viaje mágico de Serrano se plasmaría luego en otra joya de la literatura chilena: "Quién llama en los Hielos", de 1957, uno de sus libros de mayor difusión internacional, pese a haber quedado inconcluso. Escribe allí el autor, por ejemplo, con un dulzor poético incomparable: "Con la vista fija, hipnotizado, estaba prendido a la imagen del hielo sobre mi cabeza. Un trozo enorme se inclinaba, reverberando al sol. Arriba terminaba en almenas. La luz se descomponía en tonos verdes profundos, amarillos y negros. El temor y la emoción de la belleza se entremezclaban. Yo no sé si ese muro se movía; pero conocí que algo íntimo me lo estaba acercando, cada vez más. Entonces oí un ruido pequeño, como de suspiros y chasquidos, y de las almenas empezaron a caer unas leves plumitas volanderas y blancas, que al cruzar a través de la luz, se irisaban fantásticamente, tomando formas extrañas. Caían sobre mí, acariciándome, y cubrían por millones la pequeña playa. Dejé de temer. La visión era tan irreal que habría sido bueno morir en ese instante. Todo cubierto de unas pequeñas almas de hielo, empapado por el frío de esa luz extrahumana, lloraba de emoción. Y en medio de las lágrimas, escuchaba una suave música escondida hecha de suspiros, de chasquidos de la barrera y del vuelo de esos cristales, vapor de agua solidificado en el aire seco y frío. ¿Por qué no habré muerto en ese instante?"
LA CIUDAD DE LOS CÉSARES Fue durante este mismo período que el autor había comenzado a escribir su tercera obra: "Ni por mar ni por tierra", libro que quedaría inconcluso al ser publicado en 1950, antes que "Quién llama en los hielos".
Así bautizado aludiendo a una frase de Nietzsche ("Ni por mar ni por tierra encontrarás el camino a los hiperbóreos"), éste es otro de los más grandes libros que produjera y conociera la cultura chilena, y que escritores como Enrique Lafourcade han citado entre las mejores obras producidas por autores nacionales. En esta magnífica publicación, Serrano narra -cual cronista del alma- su propio descubrimiento de Chile, partiendo entre los suyos, entre las reuniones de sus amigos literatos en Santiago, y luego viajando al Sur, confrontando los mitos, los misterios, las leyendas del un paisaje casi agreste, allí donde se yerguen al cielo los dos cuernos del monte Melimoyu, la montaña mágica del Chile austral, bajo la luz venusina de la Estrella de la Mañana. Siendo un convencido de que los viajes terrenales o externos tienen un reflejo en el viaje del alma hacia su propio ser interno, en la geografía sacra, escribe allí: "Chile es como un hoyo entre montañas. Quien aquí cae, no podrá salir ya. Un hoyo angustioso y penitente. Las paredes resbaladizas no permiten la subida. Las piernas y las manos llagan en el intento y las uñas se destrozan sobre la roca. ¿Qué hacer? ¿Por qué estamos aquí? Sin embargo, todo se lo debemos a esta tierra. Y al mirar a nuestros hermanos en desgracia nos sentimos solidarios. Dentro de su miseria y su amargura, hay una grandeza que no se encuentra en otro lugar del mundo. Una callada aspiración, una fe no confesadas. La enfermedad de Chile es como las espantables enfermedades rojas de los sueños, como las enfermedades sagradas, que destruyen y matan; pero un poco antes del final hacen genios o santos. Chile es como un hoyo sagrado y penitente, que destroza, pero que intensifica la conciencia al extremo de permitir una comprensión y una profundidad inexistentes en otro lugar de la tierra. Todo aquello que en Europa necesitó siglos para madurar en la mente de sus hombres, aquí, por la influencia mortal de la tierra, puede realizarse en el período de una generación. La vida es breve; pero honda. Los años y los siglos se cumplen hacia adentro, descubriendo el cosmos en la profundidad de una gota de agua, o en un grano de tierra desprendido de los montes". Su ruta es la que lleva hacia la mítica Ciudad de los Césares, al Caleuche, sin embargo: "La leyenda vive y se alimenta de una emoción profunda. Un acontecimiento que afecta la raíz de la imaginación, sobrevive expresándose en símbolos que atraviesan las edades. En el más lejano pasado de este mundo hubo de seguro una catástrofe que desmembró las tierras. Algunos hombres se salvaron en barcos por la acción de la Providencia. Tal vez una primitiva "dalca", que pasó la mayor parte del tiempo cubierta por las olas embravecidas, navegando casi bajo el agua, fue el Arca de la salvación. Y aquellos que se salvaron verían flotar embarcaciones tripuladas por muertos, arrastradas por las corrientes del Océano". "...La Leyenda de la Ciudad de los Césares se agrega a la del Caleuche. El padre Mascardi buscó la Ciudad por los lagos y los montes del sur. ¿Podrá alguien encontrarla? El Caleuche navega como un submarino. ¿Cruzará bajo los hielos del Polo Sur? ¿Será ahí donde se encuentra la inmortal Ciudad?".
CON HESSE Y JUNG: EL CÍRCULO HERMÉTICO Por encargo de "Panagra", Serrano debió viajar en 1951 hasta Europa, por primera vez en su vida, como parte de la delegación que se encargó de cubrir en Francia el Congreso Mundial de la Prensa.
Este viaje fue enriquecedor para el poeta: le permitió espiar aquellos rincones del Viejo Mundo donde habían tenido lugar los conflictos de la Segunda Guerra, los que había conocido y vibrado sólo desde la distancia, hasta entonces. Y fue en esta aventura que se animó a visitar la Casa Camuzzi, en Montagnola, Suiza italiana, donde vivía el escritor Hermann Hesse en tiempos en que recién el mundo comenzaba a descubrirlo, pese a haber recibido el Premio Nobel de Literatura hacía pocos años.
Era julio de 1951. El encuentro fue sorprendente: ambos autores consiguieron no sólo entenderse, superando las limitaciones del lenguaje, sino que también iniciaron una sólida amistad que perduró en el espacio y el tiempo de manera casi sobrenatural, intercambiándose cartas hasta el día de la muerte del gran autor alemán, en 1965. Serrano pudo acceder, de esta manera, a material hasta entonces desconocido de Hesse, de sus recuerdos, de su semblanza, de sus obras. Un tesoro de incalculable valor. Se volvió un gran opositor a la interpretación artificiosa que se hizo de Hesse en occidente, adaptado y acomodado a los movimientos de turno que imperaban principalmente en la sociedad americana. Se opuso, por ejemplo, a la filmación de "El Lobo Estepario", obra totalmente adaptada y modificada sobre el original, que pasó sin pena ni gloria por las salas del mundo. Consagró parte de su trabajo no sólo a desmentir dicha tergiversación, sino que, y por lo tanto, a rescatar el sentido esencial del escritor. Uno de sus últimos esfuerzos en este sentido fue publicado en el diario "El Mercurio", sección de Artes y Letras, el 10 de marzo de 2002: "Desgraciadamente, el profundo escritor y poeta Hermann Hesse fue falsificado y vulgarizado por un mundo de decadencia. Necesita ser releído hoy por los mismos que antaño se estremecieran con su misterio. "Demian", por ejemplo, fue siempre entendido por los serios lectores de esa época como una obra simbólica, donde, además, se refleja la leyenda masónica de Eva y los "'Hijos de la Viuda"' (Demian, uno de ellos), y Sinclair (nombre representativo de los grandes maestros hereditarios de la Masonería escocesa), quien también interpreta la concepción junguiana del "Self"', o del Sí-Mismo, con el "ánima" ya unida al Sí-Mismo; el Hombre-Absoluto. Eso es el personaje de Demian (el "Self", de Sinclair). Demian también es un seguidor del Dios gnóstico, Abraxas, que reúne en sí los opuestos". No es casual que Serrano recurra a Jung para interpretar a Hesse: tras su experiencia con el autor alemán, aún quedaba un paso para cerrar el círculo del destino, hacia fines de 1959, cuando su vida se cruza con la del famoso psicólogo suizo Carl Gustav Jung.
Cómo habrá sido de fuerte este encuentro entre ambos, que sus arquetipos parecieron fusionarse en la casualidad de las tierras indias donde se hallaban, y Jung, en un acto que jamás repitió en su vida, se ofreció a prologar un libro de Serrano al poco tiempo: "Las visitas de la Reina de Saba". Más abajo hablaremos de esta experiencia de Serrano en la India. Jung, en tanto, falleció poco después, en 1961, pero dejando una innegable influencia sobre el poeta chileno. Haberse relacionado con Hesse y con Jung fue algo determinante para Serrano, quien se sintió como un enlace entre ambos autores, tan influyentes en nuestros días, desde sus respectivas disciplinas. Fue por ello que, en 1965, publicó otra de sus obras más hermosas e internacionalmente difundidas: "El círculo hermético: De Hermann Hesse a Carl Gustav Jung", donde realiza una serie de revelaciones sobre diálogos, documentos, anécdotas y material nunca antes publicado relativo a ambas figuras. Fue, definitivamente, uno de los libros que garantizó a Miguel Serrano su consagración internacional.
LA FLOR INEXISTENTE Sus experiencias simbólico-existenciales con ambos autores, también quedan plasmadas en el contenido poético de libros como "La flor inexistente", de 1969, ilustrado por Julio Escámez, y que ha sido elogiado por otros escritores como Armando Uribe, Hernán del Solar y Hernán Díaz Arrieta (Alone), nada menos. La pluma de Serrano se desliza con hermosura, sobre su pasión por el paisaje, sobre su geografía sacra, como hemos dicho: "Creí a la Reina; aún le creo. Supe que iba a entrar en la Ciudad. Por ello no me desanimé jamás. Cuando, tras de obstinado deambular en torno a cimas y abismos, el desaliento me hacía presa, la visión de sus ojos oscuros me sostenía, impulsándome a seguir". "Recorrí medio mundo, sin saberlo casi, hechizado por la Ciudad, o por aquellos ojos. Descubrí aguas que nadie ha visto, cumbres donde florecen extrañas plantas y se mecen lirios de fuego, llanuras de pura luz sonora, nieves como la espuma de la plata. Me sumergí en las aguas del lago Nahuel Huapi, frías como la muerte, donde los ángeles lavan sus alas. Y en las noches, me prosterné bajo las hayas y las coníferas perdidas, tratando de descubrir en el cielo un signo de Nuestro Señor, una luz amiga". "Nada, nadie, ni siquiera San Javier. Sabía ya que la ciudad estaba cerca; a veces, creía estar pisándola. Encontré un viajero solitario de la Patagonia. Le acompañaba un perro blanco. Pasaba de largo, pero le llamé. Era español. Le pregunté si deseaba confesarse. Me miró de extraña manera; sus ojos me recordaban a la Reina. Recuerdo sus palabras: ‘Quien necesita confesarse eres tú; aunque no con un sacerdote de tu clase, sino con otro que yo conozco. Vas en busca de algo que nada tiene que ver con nuestros tiempos. Confiésate a ti mismo; pero di la verdad, di que eres un Ancahuinca...". La Flor Inexistente es, así, un arquetipo de inmortalidad. Inexistente, pero más real que las flores de todas las flores de todos los jardines del mundo. Según lo explica el propio autor, en una entrevista para la revista "Ercilla" del 23 de diciembre de 1970, el origen del concepto sería el siguiente: "...tuvo su origen en eso que Jung llama El-Sí-Mismo, y que define como un punto ideal de la persona, equidistante entre el consciente y el inconsciente, algo que en verdad no existe, pero que es más real que todo lo que existe. Es el sueño, es el mito, el ideal, la leyenda. Son los fantasmas, el sueño de amor eterno, aquello por lo que algunos sacrifican su vida, y, en el momento de perderla, dudan. Y, sin embargo, la duda no es capaz de torcer ya el destino. Esto es La flor inexistente".
ELELLA, LA TRAGEDIA DEL AMOR ETERNO El amor tocó con una tragedia a Serrano. Una tragedia tan grande, tan dolorosa, que sólo muchos años después se atrevió a narrarla en su totalidad, para sus "Memorias de Él y Yo". Una tragedia, sin embargo, ligada antológica y arquetípicamente al mito del amor verdadero: como Romeo y Julieta, Tristán e Isolda, Jasón y Medea, Osirir e Isis... "El Arquetipo del Amor Eterno", según diría el mismo. Serrano formó amistad con una hermosa joven alemana llamada Irene Klatt. Una mujer bellísima, de cabellos dorados y ojos de diamantes, "transparentes, iluminando la noche de esa sala". Quisiéramos reproducir aquí las imágenes de una mujer tan hermosa, pero por respeto al libro donde el propio autor lo hizo, resistiremos este deseo. Sólo Serrano tenía el derecho de exponerla tal cual era, con su belleza aurífera, divina.
Pese a su juventud y vida sana, que le permitió incluso ser campeona de equitación, Irene padecía una complicada enfermedad respiratoria y, de hecho, Miguel la había conocido en el Sanatorio de San José de Maipo. Se acercó a ella sólo en octubre de 1951, cuando necesitaba su ayuda para traducir unos textos del escritor checo Gustav Meyrink, por recomendación de su amigo Nino Corradini, o al menos con esa excusa para llegar a la casa de Irene, en el viejo barrio de Avenida Suecia, en Providencia. Irene era una mujer de inteligencia extraordinaria, demás de poseer una cultura y una sensibilidad increíbles. Pintaba y esculpía, especialmente "obras extrañísimas por su belleza extraterrestre", al decir de Serrano. Preferiremos ahorrar los adjetivos para encargar al propio autor la magistral descripción que hace de este ángel. Ello, combinado con un encanto y una dulzura maravillosas, terminaron por enamorar perdidamente al escritor... O más que eso, inclusive. Y a ambos en realidad, sumidos en una de las historias de Amor verdadero y trágico más dolorosas que se hayan narrado alguna vez.
"Princesa Papán", le llamaba él, aludiendo a la hermana-amada del emperador Moctezuma que, en su famoso espejo de ónix, previó el regreso de los dioses, siendo estos confundidos con los conquistadores españoles. Serrano, que era casado y con hijos, simplemente se perdió en esta relación onírica, desde la que reconcibió los conceptos de "El" y "Ella", unidos ahora en la magia de "Elella", la alianza de amor entre un hombre y una mujer, entre los enamorados. El autor había comenzado a escribir "Quién llama en los hielos", como continuación de "Ni por mar ni por tierra". Cada vez que avanzaba páginas, se las leía a Irene sentado en el patio de su casa. El libro fue concebido en la fecundidad espiritual de amor, entonces. Pero también quedó condenado a quedar inconcluso: La salud de Irene empeoró, ante las angustias de su familia y la desesperación de Serrano. Ahogos y expectoraciones sangrientas, propias de la tuberculosis. Los amargos detalles de esta impresionante historia de amor y agonía, desgarradores, casi insoportables, han sido relatados ya por su propio autor, como hemos dicho, por lo que no nos corresponde tocarlos aquí. No es posible explicar este drama en otras palabras que no sean las ya usadas por quien lo vivió. El fallecimiento de Irene, en marzo de 1952, fue un vuelco, una ruptura en la vida de Serrano. Nunca más se recuperó completamente. La hermosa historia de amor, se selló en la tragedia. Nunca pudo concluir "Quién llama en los hielos" pero, desde allí en adelante, el amor arquetípico, el concepto de Elella, estará presente en sus obras, como el más poderoso principio de la alianza esotérica entre el hombre y lo divino. Sólo la tragedia pudo abrirle paso a estos conocimientos, y sólo a través de ellos pudo proponerse cumplir la promesa de "resucitarla", con el Amor Eterno (A-mor, que significa Sin Muerte). El libro que dedicó enteramente a esta magia del amor inmortal y al tantrismo, se titula "ELELLA, Libro del amor mágico", de 1973, y dice allí: "El caballero descubrió el rostro en la roca de la gruta, en el lugar más sombrío. Era un rostro de mujer, con los cabellos sueltos y, en su mirada, en todo, tenía un toque primigenio que le llenaba de recogimiento. El diseño del rostro estaba realizado por las hendiduras y promontorios en la húmeda roca. Tal vez fuera dibujado por los hielos de una edad perdida, o por hombres de una raza muerta. Había algo que impulsaba a adorarlo. Hizo su santuario de ese rincón de la gruta". "Lejos, se deslizaba el torrente. En la soledad de las noches, oía voces, como venidas de un tiempo lejanísimo. Las palabras le eran incomprensibles, pero estaban allí, como suspendidas en el aire húmedo". Claramente, la influencia de Jung le permitió desarrollar su maravillosa interpretación del amor mágico, tras la trágica muerte de Irene. "Nunca más he podido amar a nadie así. Sólo he amado a Irene", escribió en sus memorias. VIAJE A LA INDIA
Hacia 1953, el Presidente Carlos Ibáñez del Campo nombró a Serrano como Encargado de Negocios en la India, siendo ascendido más tarde a Embajador. Serrano había procurado este premio para sí, con secretos intereses personales que veremos, pero sin descuidar su misión diplomática, exitosa en todos los sentidos y a la que se le debe, además, el primer tratado comercial entre Chile y la India.
Este viaje configuró y maduró, de hecho, la visión esotérica del poeta, al abrirle las puertas a conocimientos únicos, cuna de sus enseñanzas. En primera fila, conocerá el sagrado monte Kailás, antípoda espiritual del Melimoyu. "He venido del Melimoyu al Kailás", diría en su discurso de presentación de credenciales, siendo el Melimoyu, además, la antípoda geográfica real del misterioso Desierto de Gobi, en Mongolia. Casi tan pronto tocó Nueva Dehli, se sumergió en las tierras misteriosas del brahamanismo, en las sinfonías de las aguas del Ganges y del Brahmaputra. Allí presenció en primera persona el exilio del entonces adolescente Dalai Lama, a quien le tendió la primera mano solidaria después de su dolorosa partida desde el Tibet, ocupado por la China Roja. Le abrió las puertas de la embajada y le dio alojo en momentos en que nadie asistía al pequeño y vulnerable Lama, por temor a las reacciones de China. Los mismos países que hoy reclaman el símbolo de lucha y libertad del Dalai, se la negaron hace tantos años, cuando el líder tibetano contaba sólo con la escasa asistencia que le habían proporcionado sus amigos, como desde sus limitaciones lo hizo el montañista austriaco Heinrich Harrer, otro nazista que escribiera estas experiencias en el famoso best-seller "Siete años en el Tibet", relatando la parte visible de la extraña misión que desarrolló en nombre de su patria por el Himalaya, confirmando, de alguna manera, las motivaciones esotéricas que rondaban en el nacionalsocialismo alemán. El Dalai Lama jamás olvidó el gesto de Serrano: reconoció la amistad con él y hasta se provocó un incidente durante su primera visita a Chile, 40 años después y tras recibir el Nobel de la Paz, avanzando a saludar a don Miguel presente en el Aeropuerto de Santiago y saltándose a la comitiva oficial, en 1992. Aunque los guardias de seguridad del Gobierno obligaron Serrano a retirarse, las cámaras del mundo registraron la insólita escena. Fue allá en la India, también, donde Serrano recibiera las visitas de viajeros como su amigo el pintor Julio Escámez, quien ilustró algunos de sus libros; y del poeta y futuro Nobel de Literatura, Pablo Neruda. También fue visitado por figuras internacionales, como la hermosa actriz Jeniffer Jones y hasta el guerrillero Ernesto "Che" Guevara durante su misión por Asia, con quien compartió algunas sesiones de yoga, según contaba. Sin embargo, su entorno de mayor luz fueron, sin duda, las figuras locales del Primer Ministro Jawaharlal Nehru, el inmortal Hombre de la Rosa, y su hija, la recordada estadista Indira Gahdi, gran amiga de Serrano. El hijo de ella, Rajiv, jugaba en sus piernas en aquellas reuniones con la grandiosa mujer. Irónicamente, madre e hijos llegaron a ser líderes de sus patrias, muriendo asesinados en las mismas circunstancias, víctimas de asesinatos políticos.
Jung, en tanto, le introduce en la plenitud de sus innovadores conceptos sobre la psicología de la espiritualidad, por estas tierras benditas. Cuando Serrano cae enfermo de malagaria, por ejemplo, Jung le hace notar que su caída coincide con el devastador terremoto de Valdivia. Por eso ambos están postrados, por la "sincronía" que existía entre Serrano y su patria. En esta armonía con el paisaje, Serrano escribe otras dos obras que consagran su colorida amalgama de prosa y poesía, exquisitamente fundidas: "Las visitas de la Reina de Saba" y "Los misterios", ambas de 1960, y "La serpiente del paraíso", en 1963. "Los misterios" es, además, una de las obras menos conocidas de Serrano, originalmente publicada en fino papel artesanal de Nepal y con dibujos de Escámez. "La serpiente del paraíso", en cambio, es más conocido y popular. Relata sus experiencias en la India, sus viajes espirituales y completa la llamada "Trilogía de la búsqueda en el mundo exterior" (junto a "Ni por mar ni por tierra" y "Quién llama en los hielos"), que el propio autor publicara en un solo volumen y con ese mismo título en 1974. Escribe allí sobre la cuna del hinduismo: "El fuego externo no puede fundir los opuestos. Hay una gran diferencia entre el dios andrógino de Elefanta y los mancebos hermafroditas de Chandni Chowk. Uno ha superado al hombre, los otros lo han negado". "Algunas veces me he encontrado en medio de las procesiones que avanzan por la noche de fábula, chorreando estrellas, sudor y olores. Y he marchado con ellas sin saber quién soy ya, dónde me dirijo, ni si podré regresar un día a mi patria".
SERRANO "SALVA" A LA ANTÁRTICA Además de la riquísima aventura que vivió Serrano en este ambiente surrealista, el representante chileno se vería involucrado en una vital defensa de los derechos de Chile en el territorio antártico, estableciendo con ello un triángulo verdaderamente mágico entre tres polos místicos benditos, a su vez, de tres continentes que en el pasado arcaico ya habían estado unidos: Desde los Andes a los Himalayas; y desde los Himalayas a la Antártica. Veremos de qué se trata esto.
Había sucedido, entonces, que el representante de la India ante la ONU, Krishna Menon, presentó una propuesta oficial de internacionalización de la Antártica. La idea podía contar con la simpatía de los países carentes de derechos antárticos y que no reconocían los alegados de otras naciones, en parte motivados por riquezas del continente. Alertado por la peligrosa situación, el Embajador argentino en India, Vicente Fatone, buscó sin éxito entrevistarse con las autoridades de Nueva Dehli. Tampoco lo logró el representante norteamericano, John Sherman Cooper. Washington D.C. llegó a enviar como delegado extraordinario al Embajador Cabbot Lodge, para convencer a la India de desistir de esta propuesta. Nada de esto funcionó.
Advirtiendo la responsabilidad que recaía sobre sus hombros, Serrano quiso persuadir al gobierno indio de desistir del proyecto. En un principio, no obtuvo mejores resultados que el resto de los cuerpos diplomáticos. Pero, valiéndose de su amistad con la inolvidable Indira, logró conseguir una entrevista con su padre, el Primer Ministro Nehru.
El Hombre de la Rosa escuchó con atención las palabras del chileno, para quien la propuesta de Menon destruiría años de esfuerzos chilenos por lograr el reconocimiento de los derechos territoriales sobre la Antártica, tierra con la que tanto el propio Serrano como su querido Chile mantenían vínculos íntimos e indescriptibles, como hemos detallado más arriba. El líder indio comprendió el mensaje. Asintiendo, puso su propia rosa roja característica en la solapa del embajador, a modo de pacto sellado y, acto seguido, ordenó retirar la propuesta. Este extraordinario encuentro entre las dos figuras está detallado por el propio Serrano, en su biografía "Memorias de Él y Yo".
Obcecado con sus sus propósitos, Menon intentó presentar el proyecto en al menos una oportunidad más. Nehru, sin embargo, insistió en el retiro definitivo. Los representantes Cabbot Lodge y Fatone agradecieron formalmente a Serrano por este logro, pues, en la práctica, salvó a la Antártica de lo que seguramente iba a ser su inminente internacionalización y el sometimiento a un régimen caótico, que habría arrastrado el territorio hacia los grandes conflictos planetarios y la habría puesto bajo el interés de explotación de sus recursos.
Mientras permanecía frenada la intentona de hacer una tierra de nadie con la Antártica, el Presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, formuló una invitación a los 12 países participantes del Año Geofísico Internacional para realizar una conferencia relativa al futuro de la Antártica. De esta manera, el 1° de diciembre de 1959, los doce países participantes firmaron el Tratado Antártico, obligando a someter el territorio a fines pacíficos e impidiendo las instalaciones de carácter militar o armado. El continente queda abierto a la más amplia investigación científica internacional, y a dejar las reclamaciones congeladas asegurando a cada nación firmante, sin embargo, un statu quo por el tiempo que dure el tratado, con sus respectivas pretensiones reconocidas, bloqueándose así el surgimiento de nuevos reclamos territoriales por parte de otros países. Tampoco se le dio jamás algún reconocimiento especial a Miguel Serrano por esta gestión, que se anota entre los escasos pero trascendentes grandes aciertos diplomáticos que registra Chile en materias internacionales.
FIN DE LA DIPLOMACIA Y VIDA EN EUROPA Luego de haber sido embajador en la India, Serrano desempeñó cargos diplomáticos en Yugoslavia, período en el que gestionó la visita del Mariscal Tito a Chile. Sus últimas labores en la diplomacia fueron como representante de Chile ante el Organismo Internacional de Energía Atómica en Viena, Austria, y en el Organismo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Industria. Las intrigas y la acción de sus enemigos le obligaron a bajarse de la diplomacia, sin embargo. Al llegar al Gobierno la Unidad Popular y por una oscura acción bajo cuerdas realizada por el entonces Canciller Clodomiro Almeyda, fue retirado de la actividad. Jubilado en tan lamentables circunstancias, viajó hasta Suiza italiana para residir, desde 1972, en la famosa y antigua Casa Camuzzi de Montagnola, donde viviera también Hermann Hesse, como vimos. Pese a seguir defendiendo su doctrina hitlerista-esotérica, muchos autores internacionales asociaron a Serrano con el movimiento new age de aquellos años, acercándolo al estilo que inspiraba a referentes como Timothy Leary o Aldoux Huxley, con los que Serrano no siempre manifestaba mucha confianza ni empatía. Aún así, los visitantes que iban a la Casa Camuzzi fueron bien recibidos por él, especialmente los que llegaban atraídos por el deseo de conocer la ex residencia de Hesse. En este ambiente prodigioso para la creación, escribe "Nietzsche y el eterno retorno", de 1974, donde realiza una interpretación lograda con la madurez de su conciencia y sus conocimientos, fundados en el nietzschismo, el brahamanismo y los simbolismos junguianos, además de la mitología universal y la teosofía pagana, sus vertientes principales de inspiración: "Siento que un nudo me aprieta la garganta. ¿Serán los recuerdos de mi adolescencia que regresan de golpe? No, es algo que viene de algún punto fuera de mí, porque "esta noble figura humana", que aquí estuvo una vez, es un signo allá arriba que no se oscurece, que deberá ser recogido por la cadena de las generaciones sucesivas. repensado con urgencia para que la especie no se hunda destruida por la máquina y la vulgaridad, para que no se aniquile la semilla hombre". Cuatro años después, en 1978, nace el primer ejemplar de su trilogía, amada por unos y odiada por otros: "El cordón dorado: Hitlerismo esotérico". En esta ocasión, a todo su fluido filosófico le da un encausamiento definitivo dentro del Hitlerismo-Esotérico, pero su visión "racista" distará mucho de ser la fiebre supremacista ario-blanca que algunos le imputarán más hacia nuestros días, con ignorancia respecto de cuál era el verdadero dictado de su ideario: "Ahora bien, y nosotros los sudamericanos, las razas mezcladas, pertenecientes a esta "axila del mundo" de la superficie, para usar la expresión del escritor peruano Antenor Orrego, los súrdicos, o sea los nórdicos del Sur, del Gran Sur, ¿qué hacemos en todo esto, que parte representamos en el Juego?" "...La respuesta se halla en la afirmación de que la raza a la que todo este gran tema cósmico se refiere es una Raza del Espíritu y de la Leyenda. Nada de esto se refiere a la biología, a lo puramente físico ni a las ciencias de la tierra exterior. El Mito y la Leyenda son indivisibles, como lo es el Arquetipo. No se posesionan de un determinado punto del planeta más que momentáneamente y para investirlo por dentro y por fuera, en el Unus Mundus. Sólo en ciertos tiempos históricos se posan en algún centro del cuerpo vivo de la tierra y, actuando desde allí, se encarnan en los hombres, para hacer llegar su mensaje dentro del Destino, como el Espíritu Blanco que mi Maestro vio salir de Alemania, tras haber agotado la porción exacta de su Drama". Los años en Europa le permitieron a Serrano pequeñas grandes hazañas personales, además. Conoció en persona al gran filósofo Julius Evola, lo mismo que al gran poeta Erza Pound, probablemente el más grande del siglo XX en su género, pero castigado duramente al final de la Segunda Guerra por su adhesión al fenómeno nazi-fascista. Serrano consiguió, de hecho, la instalación del único monumento que existe para Pound en el mundo, en Medinaceli, España, en 1973. Muchos años después, recordaba de este homenaje, en el diario "El Mercurio" del 2 de noviembre de 2002, día del 30º aniversario de la muerte de Pound: "¿Qué más puede desear un gran poeta que sus poemas sean recitados por las cosas? ¿Qué más puede desear que un mirlo cante en su homenaje? ¿Qué prueba mayor puede darse de que un hombre es grande, de que un poeta lo es, que el cielo, o la naturaleza, se manifiesten así para confirmarlo? "Aún canta un mirlo en Medinaceli. Y canta por Ezra Pound". Sólo en tiempos muy posteriores, ya relativamente libres de los prejuicios demonizantes de la politiquería, la obra de Pound ha comenzado a ser revelada y rescatada del olvido que intentó procurársele. Serrano fue, acaso, el primero en proponérselo.
REGRESO A SANTIAGO DEL NUEVO EXTREMO Ajeno a las graves rupturas políticas que estrangulaban su patria, retorna a Chile en 1980. Llega a un país dividido, que le resulta por momentos ajeno. Ya no están sus amigos, ni sus lugares de reunión de antaño. No están las luces, las sombras, los colores. Aún así, ama a Santiago: al Mapocho, al Santa Lucía, a la Alameda. No puede alejarse de ellos. Siguiendo la línea nietzschista e hinduista, publicó ese año "Nietzsche y la danza de Siva". Se hace claro, entonces, que Serrano ha optado definitivamente por la literatura ideológica, decisión que muchos de sus cercanos le reprocharán para siempre, incapaces de explicarse el porqué de semejante sacrificio de su obra poética. Sorteando las dificultades, se establece en el bello barrio Santa Lucía, en el Edificio Barco, de Merced, diseñado por el arquitecto Sergio Larraín con sus características formas bauhaus. Barrio Bellas Artes, le llaman ahora. En su departamento, en el sexto piso, las paredes de su sala principal son verdes. Levanta allí un museo de su propia vida, sus recuerdos, sus aventuras, sus envidiables experiencias en el resto del mundo. Varias personas lo visitan. Con una paciencia única, atiende a todos ellos. Después, alternará días con su casa-castillo en Valparaíso, en Avenida Alemania, donde tiene sus perros pastores y guarda también buena parte de sus recuerdos. No pierde contacto con el Viejo Mundo, pese a todo. En 1984, por ejemplo, viaja a Madrid. Conoce en persona al héroe Belga de la Segunda Guerra Mundial, León Degrelle, con quien perdurará una amistad más larga que la vida misma. Cómo él lo hizo también, se involucró en la peregrinación de Santiago de Compostela, uno de los símbolos más potentes de la emigración hiperbórea que Serrano lee en los mapas del mundo antediluviano, en el que viven sus crónicas de trovador. Siempre puso énfasis en el sentido vincular de su ciudad de Santiago del Nuevo Extremo con la de Santiago de Compostela, en la Madre Patria, convencido de un hilo simbólico y profundo que las unía, más allá de lo meramente heráldico. Por acá, por este Santiago, entonces, se hace común verlo caminando a diario, por las calles del barrio, de su barrio, mirando la transformación de la ciudad con sus ojos con el color y el brillo de las esmeraldas. La gente le reconoce y le saluda. No le niega su mano ni a vecinos, ni comerciantes, ni cuidadores de vehículos ni los muchos mozos que atienden los bares y restaurantes de esas cuadras. Quienes vivimos o trabajamos por el sector, lo encontrábamos siempre orbitando en torno al cerro, con sus pantalones muy subidos y su bastón. Un hombre bonachón, simpático, tan distinto a la caricatura de monstruo que muchos de sus enemigos le intentaron fabricar. Nunca le faltó la sonrisa limpia, transparente. Veremos, sin embargo, que sus pequeñas cartas y reflexiones sobre el valor patrimonial de Santiago, debieron coordinarse con la enérgica actividad que desarrolló poco después de cumplirse su primera década de vuelta en la ciudad, ante las amenazas territoriales que, en ese momento, tenían al país en una delicada situación diplomática. Serrano participó activamente organizando encuentros, reuniones y charlas y escribió una seguidilla cartas a los medios de prensa que, en su estilo muy particular, expusieron una apasionada defensa de Chile ante las controversias con la Argentina, bajo su perspectiva nacionalista y esotérica. En la misma madurez en que otros hombres prefieren pasar su vida en el reposo y la tranquilidad, Serrano alzó sus puños para luchar infatigablemente por su país, a pesar del desgaste que una empresa tal acarrea, como veremos. ESCRITOS DOCTRINARIOS E IDEOLÓGICOS Tras la publicación de "El Cordón Dorado", Miguel Serrano no tuvo más razones para suavizar o disimular su fervorosa simpatía por el Tercer Reich y por el reflejo que el fenómeno internacional tuvo en su país. De este modo, comenzó a publicar los libros que han sido catalogados de más "rabiosos", cayéndole inevitablemente encima los anatemas de antisemita y racista. En 1981, publicó el controvertido trabajo "Los protocolos de los sabios de Sión y su aplicación en Chile", donde se explaya en uno de los temas que han sido pilares del antijudaísmo internacional, aunque él alegaba ser "anti-nada", cuando se le colgaban estas clasificaciones. Y, al año siguiente, lanza la segunda obra de su trilogía de hitlerismo esotérico, explícitamente titulado "Adolf Hitler. El último avatara". Allí sostiene una visión revisionista de la historia del nazismo alemán y de las relaciones de Chile con el fenómeno internacional, desde la perspectiva evidentemente esotérica suya, afirmando que el Führer ocupa el rol del décimo avatara o última encarnación del dios Vishnú, que para él no es otro que el propio dios Wotan u Odín. Pone énfasis en las raíces esotéricas de la India Aria.
Su visión luciferina del mundo es de orientación pesimista: Estamos en el Kaliyuga, en la Edad Más Oscura, la Era de Kali según el hinduismo. Ve el germen de la autodestrucción en los pueblos latinoamericanos, asolados por la decadencia, el abuso de las fuerzas globalistas y el vicio de sus sociedades. En "El Ciclo Racial Chileno", de 1982, olfatea que la raza chilena, la misma que elogiara antes Nicolás Palacios, ha entrado ya a un inevitable espiral de autodestrucción. Si bien parte defendiendo el ideal del mestizaje chileno que propone Palacios (incluso ayudaría a republicar su obra "Raza Chilena"), sus pronósticos no son alentadores. Más tarde, en 1986, extiende su visión crítica sobre la región, en su obra "Nacionalsocialismo, única solución para los Pueblos de América del Sur". Estos libros expresan en su más claro sentido la opinión de Serrano sobre el asunto de las razas, las etnias y las culturas humanas, basándose en estudios como el de Jacques de Mahieu: "No corresponde que nos extendamos aquí en una descripción y comentario sobre las investigaciones y descubrimientos circunstanciales que se han efectuado sobre un mundo ante-histórico americano, poblado por una raza de gigantes blancos, de semidioses y cuya leyenda se preservaba todavía en las tradiciones y documentos, hasta la llegada de Colón y de los jesuitas a estas tierras. Los indígenas, los pueblos de color de este continente, los llamaban "Dioses Blancos", transposición de Weisegoten, visigodo". No abandona sus raíces esotérico-kristianas, ni su pasión por el mito. Ese mismo año publica "La resurrección del héroe", uno de sus trabajos más filosóficos. Dice allí: "La Alquimia hace posible al Héroe, al Dios aquí aprisionado, escapar de la prisión, llevándose consigo a algunos camaradas (a Cautes y Cautopates) y hasta a unos pocos seres oriundos de este Otro Universo concentracionario, a los que ha redimido con el sacrificio de un mestizaje, o de un "pecado racial", aceptados como estrategia. (Es el "descenso de Kristos a los Infiernos"). Y el premio será, precisamente, la eternización de un "yo" terrestre, la inmortalidad de la conciencia aquí adquirida, la posibilidad de dar un Rostro a la Mónada indiferenciada, un Rostro y una figura terrestre, de hombre, al Astro en que el Héroe se transmutará. Será, así, más que los Dioses. Más que el Dios que aquí entrara y se dividiera en muchos iguales. Porque habrá inmortalizado a uno solo de esos muchos. A un "yo"." Al año siguiente, retoma el discurso con un nuevo trabajo: "Contra la usura", donde vuelve a hacer apología del sus creencias y, particularmente, de la abolición del capital especulativo. Su defensa se concentra, fundamentalmente, en el trabajo del economista alemán Feder, que reproduce en el libro, quizás el de mayor énfasis en el asunto social de todos los que publicó Serrano: "Aunque el gran capital prestamista trate deliberadamente, en tanto personificación del principio del interés, de ocultar el derecho de su ansia de predominio absoluto, por más que toda nuestra legislación basada en el Derecho Romano, o sea el derecho al servicio de la protección de una plutocracia, se haya infiltrado en la conciencia de nuestro pueblo, el quebrantamiento de la servidumbre del interés del dinero ha de llegar, como única salida para la amenazante esclavización económica de todo el mundo por la Internacional dorada, como el único camino para expulsar el veneno del mammonismo que infecta y degrada la mentalidad de nuestra época". El discurso crítico se repite en su controvertida obra "El Plan Andinia", también de 1987, donde asegura la existencia de un complot para fundar una nueva república en el actual territorio patagónico. Éste es un período donde sus escritos se comprometen, principalmente, con difusión ideológica de tipo propaganda. En 1989, publica "Informe Leuchter", donde reproduce el controvertido resultado de las investigaciones de las cámaras de Auschwitz realizado por el Ingeniero Leuchter, en el marco de un juicio contra un revisionista. Cabe recordar que, desde mucho antes, Serrano había sostenido su incredulidad sobre el holocausto, ganándose el desprecio de muchos más en su ya larga lista de eventuales enemigos. Incluso escribió en sus memorias que, si hubiese visto alguna vez a algún amigo judío entrando a una cámara de gas, "habría entrado con él". En este clima, cerró su trilogía de hitlerismo esotérico con el libro "Manú, por el hombre que vendrá", de 1991: "El argumento de la Historia es arquetípico -dice allí-. Experimentado y sufrido ya en otra Ronda, por "alguien" que también se sintió "yo", como yo me siento hoy; la diferencia de forma, si la hubo, en verdad no cuenta, pues se ha logrado hacer consciente un Motivo Eterno a través de mí mismo. Y el Arquetipo, siendo uno e indivisible, aunque se divida en varios, hace que el yo que lo encarnó en el tiempo de otra Ronda sea "yo" mismo, en el Sí Mismo, en el Selbst, en la Eternidad del Arquetipo, ahora hecho consciente, ahora alcanzado, tocado. Y es así como reencarno dentro del Eterno Retorno, un número fijo de veces, con números también arquetípicos, que me han sido donados y que corresponden a mi Melodía y son mi Diapasón. Dentro de ellos me es dado vencer o desaparecer. Dentro de ellos me juego la Resurrección y la Inmortalidad. Esas reencarnaciones fijadas por mis Números son Mi Casa de Familia, mi Estirpe, que ahora ha alcanzado su Mediodía en la Revelación nietzscheana, en la Roca de Zaratustra. Y si no salgo, en un "suspiro del Tiempo", por el parpadeo de Kronos, alcanzando algo jamás soñado, es posible, pero no seguro, que el Arquetipo vuelva a encarnarse una vez más en el mismo Él, "posesionándolo" en la inmensidad de otro Kalpa, de otro Manvantara u otro Yuga. Pero con menos fuerza". SUS POLÉMICAS DENUNCIAS Aunque Serrano nunca se identificó con el Régimen Militar, el advenimiento de la democracia concertacionista le provocó profundas desconfianzas, especialmente cuando se conoció de las gestiones que poderosos magnates internacionales estaban realizando en el Sur de Chile para adquirir vastas extensiones de territorios, situación que, a su juicio, demostraba que las advertencias sobre planes conspirativos sobre la Patagonia eran reales. Por esa razón, publicó en 1991 "El nuevo orden transnacional y la Patagonia", reproduciendo su discurso en el Monumento a los Mártires del Seguro Obrero en el Cementerio General, el 5 de septiembre de aquel año. Al año siguiente, vio la luz "Defendamos nuestra Patagonia", por el mismo estilo. Como en 1992 se cumplía el quinto centenario del "descubrimiento" de América por Cristóbal Colón, un fuerte ambiente de revisionismo histórico se apoderó de la intelectualidad hispanoamericana, especialmente por el costo humano y cultural que tuvo para el continente la posterior conquista. Ese año, publicó entonces "No celebraremos la muerte de los dioses blancos", donde defiende la teoría de que antiguos colonos nórdicos se habrían establecido en América antes que cualquier otra cultura, y que todos sus vestigios acabaron siendo destruidos por la llegada de los conquistadores europeos. Curiosamente, esta teoría basada en las conclusiones de De Mahieu, ha sido respaldada por varios descubrimientos arqueológicos de los últimos años. Las realidades de mundos paralelos se cruzan en las obras del autor: En 1993, publica "Los ovnis de Hitler contra el nuevo orden mundial", donde sostiene que estas naves serían legado de la Alemania del Tercer Reich, teoría que no es sostenida sólo por él, sino por varios estudiosos de la Segunda Guerra Mundial, por extraño que pueda parecer. Al año siguiente, volviendo al discurso doctrinario, publicó la primera edición completa de "Mi Lucha", transcrita al castellano. Al fallecer su amigo León Degrelle, escribió "Nuestro honor se llama lealtad", como homenaje al líder del rexismo belga, en 1994. Pero ese año fue complicado para Chile: un desafotunado acuerdo entre los Presidentes Aylwin y Menem había arrojado la solución de la controversia territorial de Laguna del Desierto a un tribunal internacional totalmente viciado y creado a los intereses de la parte argentina. En consecuencia, la sentencia de 1994 fue totalmente adversa a Chile y basada en criterios que eran ajenos a la delimitación original de la zona, por lo que Serrano, junto a sus amigos y camaradas Juan Diego Dávila, el Doctor Jorge Vargas y el Académico Erwin Robertson, realizaron una controvertida declaración pública en el Hotel Tupahue, protestando por los vicios del fallo del tribunal y culpando de todo a la pésima conducción de la Cancillería de Chile y de La Moneda. Esto reposicionó a don Miguel en causas de contingencia histórico-política. Ante las circunstancias, Serrano volvió a creer confirmadas sus sospechas de una conspiración contra la Patagonia y así lo repitió en "Conspiración mundialista y traición a Chile" y "Conspiración mundialista II. Laguna del desierto y nafta", fundamentados principalmente en la pérdida de Laguna del Desierto. Sus innumerables cartas a los medios las resumió en un impreso titulado "Epistolario para impedir el fin de Chile", de 1995. Volvió a insistir en el tema el año 2001, con "Se acabó Chile" y luego en "La entrega de la Patagonia mágica", de 2003, donde advierte en tono dramático, casi desesperado: "La visión apocalíptica es tal que, aun teniendo en cuenta la mentalidad suicida del chileno, se nos hace imposible pensar que el asunto sea tan simple como para atribuirlo únicamente a estupidez, ignorancia, cobardía o entreguismo. Sobre todo porque hemos conocido la indignación profunda, la amargura y la rabia con que el pueblo humilde y sencillo ha recibido la decisión de entregar un territorio que le pertenece". El formato de los folletos con sus controvertidas denuncias se repite en varios de los títulos del autor, como por ejemplo "Imitación de la verdad", de 1996, donde hace una crítica a la irrealidad de la Internet, la virtualidad y la anulación de las relaciones personales del mundo digital. Ofuscado por la manipulación política que se hizo del Informe Valech, publica "Hipocresía: la tortura en Chile", el año 2005.
UN PROCESO DE RETROSPECCIÓN: SUS MEMORIAS Paralelamente, sin embargo, ya parcialmente retirado de la vida pública y en la madurez de la vida de un hombre, Serrano decide comenzar sus memorias, en una serie originalmente planificada para tres volúmenes, pero que quedó distribuida en cuatro. Para muchos, éstas son las mejores memorias que algún escritor nacional haya publicado en Chile. El primero de estos libros aparece en 1996, con el título "Memorias de Él y Yo. Tomo I. Aparición del Yo. Alejamiento de Él". Repasa su infancia y juventud con una gran cantidad de material documental, pasando por sus años en el Barros Arana y su entrada en la prodigiosa generación de 1938. El título del libro es un concepto esotérico de ubicuidad: el Yo en dos estados, uno inferior y terrenal, y otro superior, reflejo en el espíritu. Este libro es de tapas negras porque simboliza la fase de el negro, el Nigredo en el Opus Alquímico. En el siguiente volumen, "Memorias de Él y Yo. Tomo II. Adolf Hitler y la Gran Guerra", de 1997, Serrano pasea por el grueso de su conversión al nacionalsocialismo, desde su generación literaria, su aventura antártica y su tragedia de amor con Irene. La Masacre del Seguro Obrero y la llegada al poder del Frente Popular tienen páginas destacadas. Casi parece un recuento de la historia de Chile durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Su viaje a Europa y su amistad con Hermann Hesse están vívida y detalladamente retratados. Es un libro intenso, dramático, nostálgico, quizás el de contenidos más novedosos de todos, pues revela antecedentes de su vida y de su entorno que, hasta entonces, parecían inéditos. El drama de Irene, su amada "Princesa Papán", aparecerá allí. Su color de presentación es blanco, Albedo en el Opus Alquímico. El siguiente libro de memorias será de color rojo, Rubedo, el último de los pasos del Opus de la transmutación en la Alquimia. Es el más profundo dentro de lo anecdótico, quizás, pues abarca la etapa más enriquecedora de Serrano en sus viajes: "Memorias de Él y Yo. Tomo III. Misión en los Transhimalaya". Publicado en 1998, allí lucen los nombres de Jung, Indira, Nehru, Pound, Dalai; las alturas del Kailás, las aguas de los ríos sagrados. Relata con emoción casi juvenil sus intentos por encontrar una perdida Orden Esotérica que habría apoyado a Adolf Hitler desde los secretos escondrijos de las montañas del Tibet, la motivación real de su viaje a esas tierras sacras. Finalmente, en 1999 ven la luz sus "Memorias de Él y Yo. Tomo IV. El Regreso", donde relata su experiencia personal con el Presidente Allende, la Junta Militar, su misión diplomática en Yugoslavia, su viaje a Austria también motivado por el hitlerismo, y si vida en Montagnola. Cuenta los detalles de su retorno al país; de sus frustrados proyectos para colonizar el Melimoyu e insiste en denunciar el saqueo de la Patagonia en manos de poderosos empresarios internacionales. El color de esta publicación es dorado, simbolizando la transmutación final en el oro, el aureum alquímico. ÚLTIMAS PUBLICACIONES Aunque sus memorias se cerraron en el cuarto volumen, todavía había algo de introspección en su libro de 2003 titulado "El hijo del viudo", donde realiza una especie de síntesis de todo su pensamiento esotérico, del Kristianismo esotérico y pagano contra el Cristianismo romano que considera impostor. También repasa las raíces esotéricas de las SS y del Islam. Su último libro fue publicado en 2005, después de "Hipocresía: la tortura en Chile". Se tituló "Maya. La realidad es una ilusión". Allí adhiere a la teoría de la capacidad de los científicos germanos del Tercer Reich de producir "dobles" exactos de personas, y que estas duplicaciones se habrían realizado sobre cabecillas del régimen. Recuerda, por ejemplo, de su experiencia en una noche de Austria, con un especial personaje: "Es de noche. La ciudad está en penumbra. Caminamos hasta que aparece una débil luz. Es un kiosco malamente iluminado, guardando un gran portón con un letrero de la "Coca-Cola". Pienso que nos hemos extraviado, que no puede ser éste el fin de nuestro viaje. Dentro del kiosco hay un hombre en mangas de camisa, con unos papeles sobre una tabla. Mund me lo presenta: es el ingeniero de las armas secretas y éste es el único trabajo que ha podido conseguir, sin que se divulgue su identidad. Como si estuviera informado sobre mí y a lo que vengo, me recibe cordialmente. A mi pregunta de qué piensa sobre Bormann, me responde de la manera más inesperada y extraña, con otra pregunta: "-¿Sabe usted quién era Hitler?". Bastante sorprendido, le respondo: "-¡Por supuesto que lo sé! ¿Cómo no lo voy a saber?...". "-No", me dice. "Usted no puede saberlo, porque nadie lo sabe, nadie lo supo a ciencia cierta... ¿Sabía usted que los rusos encontraron en el Búnker y en la Cancillería de Berlín catorce cadáveres de Hitler, todos iguales? ¿Cuál era entonces el que cremaron en el jardín del Búnker? ¿Cuál era el verdadero Hitler? ¿Y el que partió hacia la Antártica? Lo mismo con Martin Bormann y con Rudolf Hess... ¿Cuál es el verdadero Bormann, el que estuvo en Chile o el que murió en Moscú?...". Mientras esto tenía lugar, no dejó atrás su constancia en el envío de cartas a los medios de comunicación, orientando sus opiniones especialmente hacia la preservación del patrimonio de Santiago. Proponía, por ejemplo, iniciativas para la conservación del paseo del Cerro Santa Lucía, o advirtiendo de la profanación del río Mapocho con nuevos y agresivos proyectos viales que no respetaban la geografía sacra de la ciudad, que tanto amó y defendió hasta el ocaso de sus fuerzas. "Santiago de la Nueva Extremadura, única en el mundo, con dos cerros embrujados: el San Cristóbal (Tupahue, Morada de Dios) y el Santa Lucía (Huelén, Dolor)", escribió en una de sus cartas a los diarios nacionales. Nunca pudo desprenderse de este barrio: vendió su hermosa casona de Valparaíso, pero en Santiago se trasladó desde el Edificio Barco hasta sólo unas cuadras de allí, en un departamento de Máximo Humbser, siempre en las faldas del Cerro Santa Lucía, su querido y encantado Huelén.
NEGACIÓN Y CASTIGO. UNA OPINIÓN DE URIBE Obviamente, el nacionalsocialismo declarado de Serrano tuvo costos para sí, en un medio cultural y político visiblemente adverso. Además de la falta de reconocimiento, llegó incluso a la persecución directa, como cuando su casa fue saqueada y destruida hacia principios de los noventas, ocasión en que le fueron sustraídas importantes documentaciones sobre sus trabajos inéditos, curiosamente. Nunca se le perdonó, tampoco, haber realizado una concurrida reunión en El Arrayán en el centenario del nacimiento de Hitler, en 1989, cuyas imágenes aún recorren los documentales del mundo. En cambio, quienes celebraban anualmente la sangrienta y brutal Revolución Rusa, recibían los premios y reconocimientos que a él se le privaron por las mismas razones "políticamente correctas", por los mismos cinismos. Ninguneado y considerado casi como un mal necesario en las librerías, se comprenderá por qué a Serrano jamás se le concedió el Premio Nacional de Literatura, del que era merecedor por doblar, triplicar o cuadruplicar la extensión, profundidad y trascendencia de su obra, comparada con la de otros autores que, con hojas de vida mucho más modestas, han recibido fácilmente un premio que a veces, ha sido gravemente politizado y convertido en pago de favores. Sólo algunos desafiaron el cinismo de los medios y reconocieron públicamente su trabajo en distintos escritos o artículos, como el poeta Cristián Wankner, quien lo invitó a su conocido programa televisivo "La Belleza de Pensar". Armando Uribe, poeta, ex embajador de Allende y digno receptor del Premio Nacional de Literatura 2004, por su parte también decidió romper la hipocresía oficialista y desafiar al sistema. Así, escribió una hermosa carta para Miguel Serrano, leída el día de su cumpleaños 88 (2005), en una mística ceremonia: "EL POETA MIGUEL SERRANO FERNÁNDEZ Miguel Serrano es un poeta de la prosa. No confundirlo con autores de "prosa poética", es decir los arranques de lirismo en medio de la prosa, recurriendo a los tópicos más convencionales y trillados: flores, amor, estrellas y otros humos vagos que parecen elevar el espíritu a un mundo distinto al cotidiano. La poesía de Serrano proviene de la trama de sus relatos y de la naturalidad sorprendente de sus personajes desusados. Mientras se lee un libro de este poeta de la prosa, sus razonamientos del otro mundo, con perfecta sintaxis racional para expresar lo que sería indecible por todo otro escritor, convencen al lector de tal manera que éste se hace habitante del mundo impar de Miguel Serrano, natural de su planeta. Es un poeta muy verosímil. En el total de su obra, crea casi ex nihilo (pero con fuertes ataduras a la historia y la geografía, y reconociendo sus antecesores, forjándose una propia genealogía implícita) su mitológico universo chileno. Eleva un Chile mágico a lo universal. Creo que es el único poeta nuestro que, teniendo esa tremenda ambición (anidada en nuestro país desde que tuvo el nombre de Chile en el siglo XVI), ha sido capaz de conseguirlo en gran escala. Hay que considerar la obra de Serrano como un todo, un cosmos suyo que se nos ofrece de regalo, dándole a sus Memorias en cuatro volúmenes un alto lugar literario, emocional e intelectual. Sus experiencias son hechos. Sus fantasías también lo son, tanta es la fuerza de sus palabras y frases, su prosa y la poesía de su prosa. Hoy, al celebrar su paso firma por el tiempo, se rinde un acto de justicia humano y, hay que repetirlo, poético. Armando Uribe Arce, 10 de septiembre, 2005". Pero, a pesar del voto de Uribe, las premiaciones le siguieron siendo negadas, completando casi 30 años (o más) de evasivas y esquivazos.

martes, 19 de noviembre de 2013

SS. Edwige Thibaut - La Orden SS - Ética e ideología SS. LA ORDEN NEGRA

Trabajo científico y riguroso, proceso intelectual y analítico, que nos revela cómo las SS interpretaban los acontecimientos, las ideas y los hombres. Este libro nos descubre que, por encima de las apariencias guerreras, las SS trabajan en los campos ideológico y religioso. Esta Orden que predicaba el "hombre vertical", el ser auténtico y orgulloso, nos deja entrar en su mundo convertido en místico y maldito.
Por el sólo hecho de que los "vencedores" tienen siempre la razón, muchos mitos e ideas preconcebidas han sido imputadas a las SS. Miles de hombres han sido puestos en el mismo saco y llevados al oprobio general sin discernimiento. Pero por vez primera desde el fin de la guerra una historiadora no conformista se ha interrogado sobre la naturaleza de ésta organización tan criticada y nos da una obra fundamental que aborda el universo ideológico de las SS, demostrando así que estaba lejos de ser únicamente un órgano de represión o militar. Ajena a polémicas y a tormentosos debates nos da, al fin, las respuestas a las preguntas que nos podríamos hacer: ¿cual era el espíritu de las SS, su función y sus metas?
A través de un trabajo científico y riguroso, un proceso intelectual y analítico, nos revela cómo las SS interpretaban los acontecimientos, las ideas y los hombres. Este libro nos descubre que, por encima de las apariencias guerreras, las SS trabajaban en los campos ideológico y religioso. Esta Orden que predicaba el "hombre vertical", el ser auténtico y orgulloso, nos deja entrar en su mundo convertido en místico y maldito.
Por encima de las pasiones mezquinas, volvemos a aprender a forjarnos nuestras opiniones y a considerar la vieja sabiduría de Kant diciendo "equivocado o con razón el hombre debe siempre ser sincero en todo lo que dice".
ÍNDICE Prólogo de León Degrelle Introducción La SS como orden La SS, organización racial La SS, organización religiosa y cultural Cuestiones legítimas
CAPÍTULO I I. La Orden SS, historia y principios 0SS.1.1.1. La SS. histórica 0SS.1.1.2. 1. La SS como Orden 2. La Waffen SS 3. Los voluntarios germánicos y la SS germánica 4. La SS y la policía 5. Consolidación de la nación 6. El soldado político 0SS.1.1.3. Entre dos linderos 0SS.1.1.4. Preceptos para el llamamiento de tropa 0SS.1.1.5. Por qué llevamos uniforme 0SS.1.1.6. La Orden de los clanes 0SS.1.1.7. He aquí por qué nuestras taquillas no tienen cerraduras 0SS.1.1.8. Dos ejemplos significativos 0SS.1.1.9. Dime a quién frecuentas 0SS.1.1.10. ¿Reserva al amor su aspecto misterioso! 0SS.1.1.11. Fidelidad 0SS.1.1.12. Hombres, camaradas, ejemplos 0SS.1.1.13. Los antiguos 0SS.1.1.14. El testamento de un SS 0SS.1.1.15. Por encima de tu beneficio, está la victoria del equipo 0SS.1.1.16. ¿Por qué una fuente súdete? 0SS.1.1.17. La primavera... y sin embargo ;cansado!
II El clan 0SS.1.2.1. El germen del pueblo 0SS.1.2.2. La bendición que es la vida 0SS.1.2.3. ¿De qué mueren los pueblos? (I) 0SS.1.2.4. ¿De qué mueren los pueblos? (II) OSS.i.2.5. El nuevo derecho matrimonial de la gran Alemania OSS.I.2.6. El matrimonio y la admisión de la mujer en la comunidad de Clanes SS OSS. 1.2.7. Unas palabras sobre el divorcio 0SS.1.2.8. El hijo ilegítimo 0SS.1.2.9. ¿Por qué hablar siempre de un "árbol genealógico"? 0SS.1.2.10. Cómo nació mi libro de familia 0SS.1.2.11. ¿Cómo debe llamarse nuestro hijo? 0SS.1.2.12. El cementerio-jardín 0SS.1.2.13. Del niño
III. Cuestiones raciales 0SS.1.3.1. ¿Qué es la raza? 0SS.1.3.2. El sentido biológico de la selección 0SS.1.3.3. Del cuerpo racial al alma racial 0SS.1.3.4. Gemelos y herencia 0SS.1.3.5. Grupos sanguíneos y razas 0SS.1.3.6. Cuatro ejemplos sacados del trabajo del SIPPENAMT 0SS.1.3.7. Sin título 0SS.1.3.8. La actitud del soldado ante las mujeres extranjeras 0SS.1.3.9. Las cuestiones raciales en los Estados Unidos 0SS.1.3.10. Iglesia romana y raciología
IV. Campesinado, economía, población 0SS.1.4.1. La gran cuestión planteada a la economía alemana 0SS.1.4.2. La ley fundamental del campesinado alemán 0SS.1.4.3. Campesinado 0SS.1.4.4. El convoy hacia la muerte 0SS.1.4.5. Economía e ideología 0SS.1.4.6. Subestimar el resultado agrícola es un peligro para el pueblo 0SS.1.4.7. En el Este crece un nuevo pueblo sobre una tierra nueva 0SS.1.4.8. Pueblos viejos y nuevos 0SS.1.4.9. Las ciudades, fortalezas del Reich
V. Política general 0SS.1.5.1. La idea opuesta al sistema 0SS.1.5.2. ¿Comunidad o colectividad? 0SS.1.5.3. Reflexiones sobre el principio del jefe 0SS.1.5.4. El nacionalsocialismo crea un nuevo mundo a partir de una nueva fe 0SS.1.5.5. Nuestra misión revolucionaria 0SS.1.5.6. La idea y aspecto del imperio 0SS.1.5.7. La solidaridad germánica de Europa 0SS.1.5.8. El despertar de nuestra raza 0SS.1.5.9. "A las armas por Europa" 0SS.1.5.10. El respeto de la persona 0SS.1.5.11. El libro, esa espada del espíritu 0SS.1.5.12. El humor, ¡una necesidad! 0SS.1.5.13. Díselo a todos
CAPÍTULO II I. Historia 0SS.11.1.1. El juramento de los efebos atenienses 0SS.11.1.2. El nacimiento de la Europa germánica hacia el año 500 después de Jesucristo 0SS.11.1.3. Las modernas leyes antijudías, ya existían en tiempos de los germanos OSS.II. 1.4. El imperio germánico del mar Negro OSS.II. 1.5. La orden teutónica en Prusia OSS.II. 1.6. La universidad alemana en la lucha de la Contra-reforma OSS.II. 1.7. fea creencia en las brujas OSS.II. 1.8. Los lansquenetes OSS.II. 1.9. La Tierra prometida OSS.II. 1.10. Los cosacos OSS.II. 1.11. Los bastones de Borgoña
II. Historia cultural 0SS.11.2.1. Formación de un grupo de trabajo sobre la etnología nacional 0SS.11.2.2. Nacimiento y fin del mundo en el mito ario 0SS.11.2.3. Visión germánica del cielo 0SS.11.2.4. Árbol de vida y árbol del mundo 0SS.11.2.5. Túmulos y dibujos rupestres 0SS.11.2.6. Del origen religioso de las runas 0SS.11.2.7. Autoridad germano-alemana 0SS.11.2.8. El honor de la mujer germánica 0SS.11.2.9. Amor y matrimonio 0SS.11.2.10. Sigurd. el caballero Jorge y la lucha contra el dragón 0SS.11.2.11. Cómo Loki y Heimdal lucharon por el collar de Freya
III. Costumbres y religión 0SS.11.3.1. La forma y el contenido 0SS.11.3.2. La crisis espiritual 0SS.11.3.3. El poder y el corazón 0SS.11.3.4. Piedad germánica 0SS.11.3.5. Cuerpo y alma 0SS.11.3.6. ¿Qué significa el solsticio? 0SS.11.3.7. Solsticio 0SS.11.3.8. Solsticio en círculo sagrado 0SS.11.3.9. La noche de las madres 0SS.11.3.10. Costumbres de primavera y abundancia de hijos 0SS.11.3.11. Prometida de mayo - Reina de mayo 0SS.11.3.12. Costumbres de cosecha 0SS.11.3.13. El pan sagrado
IV. Arte 0SS.11.4.1. El mandamiento supremo en toda apreciación artística 0SS.11.4.2. Artista y soldado 0SS.11.4.3. Los artistas alemanes y la SS 0SS.11.4.4. La belleza bajo el signo de las runas SS 0SS.11.4.5. La ley de la belleza 0SS.11.4.6. La arquitectura, expresión de la comunidad 0SS.11.4.7. Observaciones sobre el estilo 0SS.11.4.8. La homosexualidad y el arte
V. Ciencias naturales y físicas 0SS.11.5.1. Las leyes eternas de la vida 0SS.11.5.2. Camarada a mi lado... 0SS.11.5.3. Nuestro moderno conocimiento de la estructura del Universo 0SS.11.5.4. Lucha en la Naturaleza 0SS.11.5.5. El bosque como comunidad de vida 0SS.11.5.6. Ciclo eterno 0SS.11.5.7. Los límites de la vida 0SS.11.5.8. La vida en la yema 0SS.11.5.9. La tierra contiene las fuerzas de la salud y de la muerte 0SS.11.5.10. El origen de todas las cosas
CAPÍTULO III I. Biografías 0SS.111.1.1. Carlomagno, el fundador del Imperio OSS.III. 1.2. Enrique I OSS.III.1.3. Johann Gutenberg OSS.III. 1.4. Alberto Durero, "corresponsal deportivo" OSS.III. 1.5. La obra de los hermanos Grimm OSS.III. 1.6. El matrimonio del principe Bismarck OSS.III. 1.7. Toda cosa tiene un orden" (Paracelso) OSS.III. 1.8. Nietzsche, el profeta OSS.III. 1.9. Richard Wagner OSS.III.1.10. Gustav Kossinna
II. Geopolítica OSS.III.2.1 Francia 0SS.111.2.2. Directivas para la educación ideológica de los alsacianos 0SS.111.2.3. Germanos y alemanes 0SS.111.2.4. Checoslovaquia 0SS.111.2.5. Sajonia. pais del trabajo y del arte 0SS.111.2.6. Noruega 0SS.111.2.7. Inglaterra - Irlanda 0SS.111.2.8. Los alemanes en el Sudoeste africano 0SS.111.2.9. El Islam, gran potencia del mañana 0SS.111.2.10. El imperio de Ataturk
III. Adversarios 0SS.111.3.1. El Antiguo Testamento, autorretrato de los judíos 0SS.111.3.2. El crimen ritual judio 0SS.111.3.3. Lo que los judíos dicen de los judíos 0SS.111.3.4. Hechos importantes sobre la francmasonería 0SS.111.3.5. 1789 0SS.111.3.6. "América" en Europa 0SS.111.3.7. ¿"Leninismo" y "stalinismo"? 0SS.111.3.8. La importancia política actual de las sectas
IV. Arte de la Guerra 0SS.111.4.1. Ciencia militar 0SS.111.4.2. Máximas sobre la guerra 0SS.111.4.3. La guerra sin cuartel 0SS.111.4.4. Sennheim 0SS.111.4.5. El deber predomina sobre la vida y la muerte 0SS.111.4.6. Una experiencia de guerra en el hogar 0SS.111.4.7. Yamato 0SS.111.4.8. ¡Nuestra vida! Epílogo de la edición española
PROLOGO DE LEÓN DEGRELLE Volksführer Comandante de la Legión Valonia Caballero de la Cruz de Hierro
A decir verdad, cuando recibí la enorme masa de hojas que forman este libro sobre la Orden SS, quedé estupefacto: ¡Ochocientas páginas de abigarrado texto! Normalmente estoy muy ocupado. De modo que leer esta especie de enciclopedia me llevaría decenas de horas. No obstante, para formarme una idea del interés que pudiera, o no tener esta insólita compilación, hojeé, de entrada, los primeros párrafos. Tres días más tarde, llegaba a la última página.
Había descubierto una extraordinaria suma de conocimientos presentados a lo largo de una introducción de cien páginas que forman, ya. ellas solas, un libro, apoyadas, con un perfecto conocimiento del tema, por centenares de citas, tan sencillas como contundentes, formando una enorme antología de textos, escritos sin tratar de sorprender al lector, sino de informarle y convencerle. Era políticamente, el panorama entero de la SS reconstituido por testigos directos que no pretendían hacer un trabajo de historiadores pero que. a lo largo de los años, habían expuesto, en vivo, la doctrina, los objetivos, los métodos, la mística del movimiento que fue sin duda, junto con el leninismo, el fenómeno político más importante de! siglo XX.
¿Quién había amasado esta documentación? ¿Un cronista famoso? ¡No! Una joven casi desconocida. Edwige Thibaut, fantásticamente laboriosa, que, durante años, había leído miles de páginas escritas sobre la SS por centenares de analistas, de filósofos, de técnicos. Éstos procedían de los medios más diversos: jóvenes, viejos, intelectuales, observadores.... Edwige Thibaut había procedido, pacientemente, a la criba de esos trabajos multitudinarios, y luego los había clasificado en un orden inteligente. Quería, en primer lugar, saciar su placer de descubrir pero también, si la ocasión se presentaba, transmitirlo gozosamente a los espíritus curiosos que, aquí y allá, tratan de alcanzar la Verdad.
Las masas, hoy en día, leen apresuradamente. Pero aquí se trata de consagrar decenas de horas de una lectura asidua y ardua, a examinar unos textos que exigen una cuidadosa atención. Pero el tema es capital. ¿Qué era esa SS y. más concretamente, la Waffen SS? ¿Qué se sabe de ella? ¿Qué se puede saber? Tal es la misión que, desafiando a la superficialidad del siglo, Edwige Thibaut ha tenido la energía de afrontar. Esta verdadera enciclopedia de la SS habría podido quedar olvidada para siempre en un cajón. Pero un editor audaz se arriesga hoy a publicarla, a pesar de la enormidad de su contenido.
En realidad, hasta hoy. y a pesar de habérsele consagrado miles de libros, la SS es poco conocida, mal conocida, y ha sido a menudo desfigurada por acusaciones sumarias, tan cercanas a lo ridículo como a lo odioso. La Waffen SS, su más famosa emanación, fue la formación político-militar más extraordinaria de jamás ha conocido la humanidad. Llegó a contar, en el transcurso de la II Guerra Mundial, con un millón de voluntarios, procedentes de veintiocho países diferentes. Todos esos muchachos vinieron para ofrecer sus vidas (402.000 murieron en combate) por una causa que había atrapado cada parcela de su vida física y de su voluntad.
Todo esto no había ocurrido por arte de magia. Las SS no eran más que un puñado al principio de la era hitleriana. Fue preciso que una fe enorme les invadiera y luego les consumiera para que floreciera ese don absoluto, esa disciplina libre, total, y la convicción soberana de que ellos aportaban al mundo un tipo de hombre nuevo.
¿Qué era ese hombre nuevo? ¿Cuál era su mensaje? ¿Dónde encontrar los testimonios, transcritos en el mismo instante, de esa voluntad de creación de un universo (la Weltanschauung), donde todo seria recreado, regenerado? La respuesta nos la da este libro. Gracias a él sabremos, por fin, qué era la SS y qué habría podido dar al hombre y al mundo, si sus runas victoriosas hubieran marcado definitivamente al universo.
En la catedral que es esta obra construida por Edwige Thibaut, se encuentra todo. Se sabe, después de haber estudiado esta enciclopedia, lo que cada día, durante años, había expresado los guías espirituales de la SS... tanto los espíritus brillantes como los cerebros más modestos. Edwige Thibaut ha retomado, página tras página, lo esencial de sus trabajos, concebidos en plena acción, en el calor y a la luz de los acontecimientos.
Ciertamente, algunos problemas a resolver han cambiado de alcance. Ciertos conceptos han sufrido retoques a lo largo del tiempo. Concretamente, la noción, a veces demasiado sumaria, de la vía espiritual del hombre. El impulso religioso da mil rodeos secretos. Hitler. el primero de todos, sabía que a todos nos dominaba -y que dominaba al universo- el Todopoderoso. La intransigencia, a veces provocadora, de ciertos SS sería pronto superada. Yo mismo era un ferviente cristiano, lo que no impedía a Hitler decir que. si hubiera tenido un hijo, hubiera querido que fuera como yo. Teníamos en la división Valonia de las Waffen SS, nuestros capellanes castrenses, que compartían todas nuestras vicisitudes en el Frente del Este. En la división SS Charlemagne, un magnífico prelado, Monseñor Maillol de Luppé conducía a millares de jóvenes franceses al combate y al sacrificio. También allí se establecería el equilibrio entre un paganismo histórico que algunos querían resucitar y la vida mística, esa secreta vibración de la conciencia.
La formidable irradiación de la SS no sería una dictadura de los espíritus sino una adhesión de todo el ser, libre y flexiblemente concedida. Esa inmensa riqueza, que la SS llevaba consigo como los antiguos dioses llevaban el rayo, habría podido perderse, desvanecerse entre las brumas del tiempo. Gracias a Edwige Thibaut hela aquí completa y honestamente reconstituida.
Ha transcurrido medio siglo. Los que vivieron esta epopeya sentirán, al reencontrar sus hitos, renacer su ardiente juventud. Yo soy el último Jefe vivo de una división de Waffen SS y el último Volksführer: a mis ojos esta reconstitución es una resurrección. Pero, ante todo, pienso en los jóvenes; en esos jóvenes a quienes se había ocultado tan odiosamente la riqueza de la verdad. Hela aquí. ¡Por fin van a saber, en toda su abundancia y toda su complejidad, lo que fue la SS! Y, más particularmente, su brazo derecho, la Waffen SS.
¿Quién sabe? No tan sólo el saber, sino la voz, tal vez, un día reencarnada por ellos, reconstruirá el mundo nuevo que nuestros cerebros y nuestras armas habían querido crear.
Léon Degrelle Málaga. 1º de junio de 1990.


SS. LA ORDEN NEGRA

1- La Guardia Negra 2- El origen 3- La iniciación del SS 4- El castillo de Wewelsburg 5- La SS-Anhenerbe 6- Las Órdenes 7- El Nacional Socialismo secreto 1- La Guardia Negra La SS (Szhutz Staffel, escuadrilla de protección), fue formada originalmente como guardia personal de Hitler (año 1922) y en 1925 adquirió sus verdaderas características y su primer jefe, Bertchtold. En un principio estaba subordinada a la SA, aunque con el tiempo adquirió un papel preponderante. En los primeros años, la SS se limitaba a entre 200 o 300 hombres, repartidos por decenas por toda Alemania. En 1929, con el mandato de Himmler, pasaron rápidamente a 1000 y en 1931 eran 14.964 hombres, para estabilizarse entre 209.000 en 1933 y 238.159 en 1938. En 1945 llegará a tener cerca de 1.000.000 de hombres, originarios de toda Europa y de otros países de Asia. 2- El origen Es el 4 de noviembre de 1921, cuando el partido nacionalsocialista (NSDAP) alquila la sala de fiestas de la Hofbräuhaus para tener una reunión. Los “rojos” habían tomado la decisión de impedir hablar a los “nazis”. Para los dirigentes marxistas y comunistas, en efecto, era ya demasiado evidente que el nuevo movimiento estaba ganando cada vez más al proletariado, gracias a sus ideas sociales y nacionales y a la política de su caudillo. Habían decidido que Hitler no debía hablar, ni aquella tarde ni en ninguna otra ocasión. A las 20 horas la sala estaba llena de “rojos” que amenazantes empuñaban jarras de cerveza y los simpatizantes de Hitler estaban fuera, en la plaza. Tan sólo los organizadores consiguen atravesar la masa hostil de reventadores y entrar. Con ellos entran también cuarenta y cinco jóvenes patriotas del servicio de orden que, como tal, tienen aquella noche su prueba de fuego. Aquellos cuarenta y cinco muchachos pueden ser considerados el núcleo sobre el que se forjará la futura SS y por consiguiente lo que serán las futuras Waffen-SS. Pero ¿quiénes eran estos SS?. Para saber esto, hemos de retrotraernos al desastroso final de la primera guerra mundial, cuando Alemania fue traicionada desde dentro por políticos vendidos al enemigo interno de la propia nación: el marxismo y sus patrones, esto es, el capitalismo internacional. El enemigo interno, según los patriotas alemanes, era más peligroso y farsante que aquel que habían afrontado en las trincheras. Para defender la Patria del marxismo y del capitalismo internacional, los excombatientes se unieron en “cuerpos francos”, restos irreductibles del ejército regular que seguían considerándose en guerra. El 4 de febrero de 1920, en la sala Hofbräuhaus de Munich tiene la primera reunión de fundación del partido nacionalsocialista. En el mismo año, a finales de verano, el partido toma las siglas definitivas de NSDAP (National Socialistische Deutsche Arbeiter Partei) y organiza su servicio de orden. Desde el 4 de noviembre de 1921, el servicio de orden del NSDAP viene a llamarse SA. En este período, la adhesión de Ernst Röhm (héroe de Verdún, organizador de los Cuerpos Francos Bávaros) al NSDAP empuja a muchos componentes del cuerpo franco para la causa nacionalsocialista. Gracias a la capacidad organizativa de Röhm, en el espacio temporal de seis meses la SA se militariza. Hacia finales de marzo de 1923, Herman Göring asume el mando, para toda Alemania, de un verdadero y propio ejército que se constituye en compañías y regimientos dotándose de fusiles, ametralladoras y algunas granadas. En el interior de esta SA, se distingue una pequeña formación con una tarea específica: la defensa de la pureza nacionalsocialista y de su Caudillo. Este grupo de élite reune a los primeros partidarios del movimiento y es en principio llamado Stabwache (Guardia del Cuerpo). Muy pronto asumirá el nombre de Stusstrupp Hitler (Tropa de asalto de Hitler) y tendrá como dirigente al exteniente Bertchtold, y como insignia el emblema perteneciente a los húsares imperiales, la calavera. Entre el 8 y 9 de noviembre de 1923, se frustra el Putsch organizado por Hitler en Munich. Poco menos de un año después, apenas salido de la prisión de Landsberg, Hitler pide noticias de su movimiento y se pone a reorganizarlo. Al cabo de dos meses, junto a cuatro mil partidarios reconstituye el Partido. En el segundo aniversario del Putsch, el 9 de noviembre de 1925, Hitler decide reconstituir la Stosstrupp, y confía la misión a un fiel guardia del cuerpo: Julius Schreck. La nueva organización será denominada Szhutz Staffel (Escuadrilla de Protección) y será más conocida como la SS. El 6 de febrero de 1929 es confiado el grado de Reichsführer-SS al joven Heinrich Himmler, quien a propósito de la SS se expresa así: “La SA constituye la tropa. La SS somos la Guardia. Y siempre ha existido una Guardia. La han tenido los persas, los griegos, Julio César y Napoleón y el viejo Fritz. La Guardia de la Nueva Alemania somos los SS”. A principios de 1930, los SS no son más de 2.000, pero rigurosamente jerarquizados y bien organizados. Hitler, que necesita una policía interna para su movimiento, elige a la SS para esta tarea. Dentro de la SS se crea un nuevo organismo: la Sicherheitdienst (servicio de seguridad) confiado a Reinhard Heydrich. Cuando en enero de 1933 el nacionalsocialismo toma el poder, la SS cuenta con cerca de 50.000 hombres. Es preciso entonces hacer un gran esfuerzo interno para depurar el Cuerpo y librarlo de oportunistas de última hora. El 30 de junio de 1934, la SS, a las órdenes del mismo Hitler, desbarata la conspiración urdida por Röhm y por algunos dirigentes de la SA. Es la “noche de los cuchillos largos”. En 24 horas es restablecido el orden y la SS es elevada al rango de organización independiente. Se establecen los destacados Castillos de la Orden, donde los SS se fortalecen física y espiritualmente. En sus filas serán admitidos sólo jóvenes que habían militado ya en las Hitler-Jugend y cumplido sus obligaciones nacionales en la Arbeitsdienst y en la Wehrmacht. En 1936 el Instituto Ahnenerbe (Herencia de los antepasados), pasa a depender directamente de la SS, bajo cuyo impulso se orientará en tres direcciones: la herencia (Erbe) propiamente dicha, su expansión (Raum) y el espíritu (Geist). De esta manera, además de crecer en la estructura puramente militar, la SS crece también como patrimonio cultural y religioso. Tendrán incluso su propio centro sagrado en el castillo medieval de Wewelsburg, en Westfalia. Será en la guerra cuando los SS adquieran una dimensión propiamente político-espiritual. Ahora, se unirán voluntariamente a su insignia hombres de diversas partes del mundo, animados por la defensa de su cosmovisión y luchando contra el enemigo común de la humanidad. En las Waffen-SS lucharán juntos miles de alemanes, albaneses, armenios, valones (belgas), bosnios, búlgaros, caucásicos, checos, cosacos, croatas, daneses, eslovenos, estonios, finlandeses, flamencos (belgas), franceses, georgianos, griegos, hindues, holandeses, húngaros, italianos, kirgüises, letones, lituanos, noruegos, rumanos, rusos, serbios, tártaros, turcomanos, ucranianos, uzbecos… 3- La iniciación del SS Los SS eran instruidos para velar por la seguridad interna de la nación y para la propagación de la concepción nacionalsocialista del mundo. De esta forma, eran animados a alcanzar los mejores resultados en todos los terrenos, tanto civiles como militares, intelectuales o deportivos. Debían encarnar y enseñar una fe y una visión del mundo revolucionarias y tradicionales. En la óptica de la SS, los caracteres revolucionario y tradicional no son contradictorios. El primero representa, según ellos, un ataque directo contra el sistema judeocristiano social y moral establecido, y el segundo preconiza el reconocimiento de los valores tradicionales inmutables que proceden de la esencia racial del pueblo. Por el alistamiento voluntario en sus rangos apelaba al espíritu militante y al sentido de la responsabilidad y de la fidelidad indisociables de la condición de hombre libre. La SS adquiría también el carácter de una sociedad dentro de la sociedad por las reglas internas particulares y la ética que se había dado a sí misma. Realizaba ya en su seno lo que debía devenir el porvenir de Europa y luego del mundo, en la óptica de los nacionalsocialistas. La instrucción militar de los SS tenía por ideal crear una fuerza de élite superior, que hiciera de estos soldados, hombres vigorosos, firmes, duros y disciplinados. Los soldados estaban en el patio de armas a las seis de la mañana, momento en el que realizaban diversas actividades físicas de ejercitación, endurecimiento y fortalecimiento físico. Posteriormente, practicaban ejercicios como combate cuerpo a cuerpo, tiro al blanco e instrucción. Tras esto tenían un descanso para comer y luego volvían al campo de entrenamiento físico. Por la tarde llevaban a cabo tareas de mantenimiento de material e instalaciones. Luego realizaban divesas actividades de estudio y de dominio de la voluntad. En la iniciación SS, era fundamental vigorizar fortalecer y endurecer cuerpo y mente, para lo que se realizaban ejercicios de gimnasia, largas marchas y entrenamientos de combate, así como el estudio, consiguiendo que los SS fueran inmunes al dolor, al sufrimiento y finalmente a la muerte. La formación politica comenzaba con la historia del N.S.D.A.P. (Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes). Posteriormente, los guerreros recibían una formación intensiva sobre la historia de la SS y sus leyes raciales. Finalmente, se enseñaba al recluta, de forma muy meticulosa y elaborada, quiénes son los enemigos de Alemania, de Europa y de la raza aria. También se instruía a los SS en la historia, las runas, la religión, la mitología, la arquitectura, la astronomía, el simbolismo cósmico y una amplia variedad de temas, para lo que existían los correspondientes departamentos internos. Los SS realizaban un juramento de lealtad con la Patria y la Raza que les llevaba casarse con mujeres de caracteres raciales aryos. Las bodas se llevaban a cabo en edificios pertenecientes a la SS, decorados con girasoles y varios signos rúnicos. Igualmente la SS preservaba a sus miembros de cualquier desviación antinatural, contraria o peligrosa para la integridad personal, racial y la supervivencia de la estirpe. Así, tras una ley promovida por Himmler en 1937, una desviación de ese tipo, llevaría a una inmediata expulsion del cuerpo. Es de destacar entre sus símbolos sagrados el “anillo de honor”, el cual era entregado a sus soldados cuando eran dignos del mismo. Era un anillo de plata con una calavera atravesada por dos huesos y con signos rúnicos grabados. Éste servía de protección para el que lo ganara y fuera capaz de incrementar su pureza física y mental, debiendo no separarse del mismo hasta la muerte. 4- El Castillo de Wewelsburg La SS restauró el castillo de Wewelsburg, en Paderborn, Westfalia. Situado en una colina, la fortaleza data del año 1123. La SS lo adquirió y situó ahí su sede central permanente y su Academia Militar para los oficiales superiores. Tanto Castel del Monte, en Sicilia, como Wewelsburg, son fortalezas ideadas por geománticos y erigidas en lugares de poder. Básicamente, el castillo es concebido como un omphalos o centro del mundo: un punto que reune al hombre ario, purificado y redimido de su mezcla con “razas animales”, con la Madre Tierra y el Cielo, reintegrándolo así en la unidad original, un anillo sagrado de poder que se había roto como consecuencia de su Caída en la imperfección. En este caso, el vínculo Cielo-Hombre-Tierra que los seguidores völkisch anhelaban restablecer, debía realizarse con una estructura nórdica en la cual, mediante ejercicios rúnicos y una yoga aria, sería canalizada la fuerza cósmica que vinculaba al hombre con su propio medio biológico, social y espiritual. La forma del castillo representa una flecha perpendicular al tradicional eje este-oeste, y orientada en sentido sur-norte, de tal forma que la torre norte representa una punta de flecha que apunta al norte. En el proyecto definitivo ideado por la SS, advertimos la construcción de varios edificios que vendrían a rodear el castillo. Todo el proyecto, según Kirsten John-Stucke, la historiadora responsable del conjunto arquitectónico, revela un aspecto esotérico. El castillo mismo puede ser una representación equivalente a la de la “lanza de Longino” que hirió, según la leyenda el costado de Cristo, cuya punta estaría constituida por la torre norte y centrada en la cripta. El meridiano sur-norte y la orientación hacia el polo, indican, como en el caso del nombre de la Orden de Thule, una voluntad de retorno al origen ario, con una dirección precisa (el norte); en realidad, el proyecto con forma de “lanza de Longino” o Lanza del Destino puede ser visto como un vector orientado hacia este punto específico. Se trata de la representación grálica del regressus ad uterum: la lanza fálica penetra el vientre de la madre tierra, que representa el aspecto femenino del Universo, y engendra así la raza aria, determinando así una renovación y un nuevo orden biológico para el mundo. En particular, la torre norte revela una esructura realizada por los arquitectos SS según un esquema muy preciso que también expresa una intención esotérica. A nivel del suelo se encuentra la Gruppenführersaal, una estancia circular con doce columnas y una rueda solar en el centro de la cual parten doce rayos formados cada uno por dos runas Sieg (Victoria), las mismas que se encuentran el el símbolo SS y forman la esvástica. Exactamente debajo de esta sala hay una cripta, llamada Walhallah como el Paraíso Nórdico y en la cual hay doce asientos de piedra y un círculo central, limitado por un pequeño muro también circular. En el techo, una esvástica representa unos motivos florales que generan un particular efecto de eco, perceptible sólo por quienes hablan dentro de dicho círculo sagrado. Doce rayos, doce asientos en la cripta, doce Gruppenführer. No es difícil comprender el motivo de la repetición de este número simbólico si tenemos presente las ideas de Von Liebenfels y Von List. Tanto la ariosofía, como las doctrinas teosóficas, afirman que existe un núcleo de iniciados que, desde un centro esotérico u “ombligo del mundo”, actúan sobre la realidad y ejercen de guías del espíritu. De esta manera, los nacionalsocialistas buscaban recrear sobre la tierra el modelo espiritual. Podemos hablar pues de Wewelsburg como de un centro del mundo, donde las ceremonias tomadas del calendario sagrado germánico renovaban el pacto entre el hombre y el ser superior en cada final de ciclo. 5- La SS-Ahnenerbe Dentro del conjunto de Wewelsburg, estaba incorporada la sede de la SS- Anhenerbe, un instituto independiente cuya tarea era, según el escritor Andre Brissaud, “asuntos secretos del Reich” y comprendía desde lengua y literatura germánicas hasta yoga y zen, doctrinas esotéricas e influencias mágicas sobre el comportamiento humano, misiones arqueológicas y antropológicas, así como expediciones de exploración y estudios científicos. Ernesto Milá en su estudio “La Ahnenerbe, ciencia y locura”, nos dice que la sección esotérica estaba a cargo de Friedrich Hielscher. Por su parte, Ernst Jünger, así como el filósofo judío Martín Buber, colaboraron también con el instituto. La dirección ideológico-cultural que la Ahnenerbe ejerció sobre la SS se fue haciendo más notable con el tiempo. La Ahnenerbe, creada en julio de 1936, asumirá a finales de ese año el control de la revista SS “Norland” y en 1942 será muy notable su presencia formativa en las escuelas de oficiales de la SS. Desde 1936, realizaron excavaciones arqueológicas, conservaron monumentos de la historia alemana (incluídas la sinagoga Staranova de Praga del siglo XIII o el cementerio de Worms, en el Rheinland, etc.), construyeron monumentos en homenaje a los héroes de la revolución nacional-socialista, crearon departamentos dedicados a danzas populares y canciones tradicionales, estilos regionales, folklore, leyendas, geografía sagrada, ciencias paranormales, etc. En Wewelsburg, incluso los objetos más comunes, como los cubiertos o teteras, representaban runas y signos mágicos, dando testimonio de una total inmersión en un universo diferente, alquímico por su deseo de transformar el mundo y el hombre en el mundo y el hombre aryo. La Sociedad para la Promoción y el Mantenimiento de los Monumentos Germánicos, fundada por la SS en 1936, era el departamento de la Ahnenerbe encargado de buscar lugares y monumentos de la antigüedad germánicas para restaurarlos. En Wewelsburg se planificaron las misiones SS-Ahnenerbe al Tíbet y al desierto del Gobi y los nacionalsocialistas llegaron incluso hasta América del Sur y la Antártida en busca de la entrada del legendario reino subterráneo de Agartha. 6- Las Órdenes El Movimiento Nacional Socialista creó las Órdenes Hitlerianas, según la concepción de la jerarquía en el nacionalsocialismo. Estas escuelas estaban abiertas a miembros que hubieran dado pruebas de su adhesión al partido, ofreciendo un historial de más de cuatro años de antigüedad a la SA, la SS o en las filas de la Juventud Hitleriana. Los Ordensburg, o burgos de la Orden, eran tres en total: había, sucesivamente, Crossinsee (en Prusia Oriental), Vogelsang (en Renania) y Sonthofen (en Baviera). Estos burgos o villas germánicos, que tenían tanto de castillo fortificado como de monasterio medieval, hacían pensar en el Krak de los Caballeros (recinto fortificado de Siria de tiempos de las cruzadas), tan importante era su arquitectura. El marco había sido cuidadosamente elegido, y esas tres construcciones se elevaban en medio de un paisaje de landas y de bosques. La dirección de estos burgos dependía del NSDAP, es decir, el partido Nacional Socialista, y no de la SS; sin embargo esta enviaba allí profesores y alumnos para que perfeccionaran su formación política y espiritual. De hecho, entre el millar de hombres que anualmente salieron del ciclo de los tres Ordensburg no había más que SS. Es interesante señalar que cada uno de estos tres burgos estaba especializado en una actividad muy particular, puesto que de estos tres establecimientos debía surgir una Orden llamada a tomar el relevo del Partido. A partir de 1938, además de estos tres burgos, la formación de la Waffen-SS, estaba garantizada por una escuela militar, cuatro escuelas técnicas destinadas más concretamente a la formación de especialistas de la información militar (en Torgau, a orillas del rio Elba), de contraespionaje interior y exterior (Bernau, cerca de Berlín), de la Gestapo y de los comandos (Friedensthal), y por fin, de oficiales de Estado Mayor. En conclusión, los oficiales superiores SS, y sólo ellos, completaban su formación intelectual y política en el marco de estos tres Ordensburg: a partir de 1940 debían, por otra parte, representar la totalidad del efectivo de los burgos, es decir, cinco promociones. Hemos señalado que los Ordensburg dependían de un ciclo común de estudios, del cual eran sus tres eslabones. La especialización de cada uno era la siguiente:
Crossinsee incidía en el entrenamiento físico y militar, Vogelsang en la preparación en el terreno político y espiritual y finalmente, Sonthofen en la formación profesional superior, a saber, la preparación para las carreras políticas, diplomáticas y militares. En Crossinsee se iniciaba el ciclo de enseñanza de los que serían futuros líderes de Alemania. En esta villa de Prusia Oriental, los alumnos desarrollaban especialmente la resistencia física y el carácter. El deporte empezaba en cuanto los internos se levantaban, a las seis de la mañana, y se proseguía durante toda la jornada bajo las formas más diversas; una dura formación propiamente militar alternaba con estos ejercicios físicos. A su vez, se enseñaba a los alumnos “urbanidad”, esto es, comedimiento, atención y buen modo, ayudándoles a perfeccionarse en su forma de desenvolverse ante los demás, su postura, su educación y en definitiva las normas de convivencia para las diversas actividades sociales que la vida comporta. Se realizaban conferencias y seminarios sobre métodos de acción, siendo el objetivo que guiaba esta primera formación, la liberación de todas las convenciones burguesas decadentes. La enseñanza que se daba en Sonthofen repudiaba lo supérfluo y se contentaba con formar los hombres políticos y los diplomáticos. En esta villa bávara, cada pensionista se perfeccionaba en la educación particular para la que había optado: político, diplomático, carrera de armas. En Vogelsang, se procedía a la educación política y espiritual de los Schlungsant-SS, es decir, de los educadores pertenecientes al personal de este cuerpo. A partir de 1940 formará la parte esencial del cuerpo de profesores. “Mein Kampf” era la base de la enseñanza política. Además se enseñaban ciencias políticas, administración, historia, biología y economía, con primacía de lo político sobre lo económico. La historia abarcaba un vasto programa, que se iniciaba con la leyenda de Hiperbórea y se proseguía con el estudio del mundo antiguo, la Edad Media y se terminaba en el período contemporáneo con la historia del movimiento Nacional Socialista. El estudio de la historia se comprendía particularmente en el estudio de las obras de Gobineau, H. S. Chamberlain y Alfred Rosenberg. Al respecto de la formación que recibían los jóvenes, es interesante destacar lo que Hitler dice en “Mi Lucha” (volumen II, capítulo 2: el estado), ya que nos sitúa en cuales eran las prioridades nacionalsocialistas a la hora de la educación de la juventud alemana: “Si consideramos como el primer deber del estado la conservación, el cuidado y el desarrollo de nuestros mejores elementos raciales, para el servicio y por el bien de la nacionalidad, lógico es, pues, que ese celo protector no acabe con el nacimiento del pequeño congénere, sino que el estado tiene que hacer de él un elemento valioso, digno de reproducirse después. Debido a que la condición esencial para la capacidad de realizaciones espirituales es la virtud racial, la educación debe tener en mira, en primer lugar el perfeccionamiento físico, porque es en los individuos sanos y fuertes donde se encuentra la mayor capacidad intelectual. No desmiente nada esa verdad el hecho de que muchos genios son físicamente malformados y hasta, incluso, enfermos. Se trata, en estos casos, de excepciones, que apenas confirman la regla general. Si la masa de un pueblo está compuesta de degenerados físicos, muy raramente surgirá de ese pantano un espíritu realmente grande. De su comportamiento no es lícito, en ningún caso, esperar gran cosa. Esa masa inferior, o no lo entenderá en absoluto, o será tan débil de voluntad que no logrará acompañar al genio en sus altos vuelos. Fundándose en esta convicción, el estado racista no limita su misión educadora a la mera tarea de insuflar conocimientos del saber humano. No, su objetivo consiste en primer término, en formar hombres físicamente sanos. En segundo plano está el desarrollo de las facultades mentales y aquí, a su vez en lugar preferente, la educación del carácter y, sobre todo, el fomento de la fuerza de la voluntad y de decisión, habituando al educado a asumir gustoso la responsabilidad de sus actos. Sólo después de todo esto viene la instrucción científica. El estado racista debe partir del punto de vista de que un hombre si bien de instrucción modesta, pero de cuerpo sano y de carácter firme, rebosante de voluntad y de espíritu de acción, vale más para la comunidad del pueblo que un superintelectual enclenque. Un pueblo de sabios, físicamente degenerados, se vuelve débil de voluntad y se transforma en un hato de pacifistas cobardes que nunca realizará grandes hazañas y ni incluso podrá asegurarse la existencia en la tierra. (...) Lo que hizo imperecedero el ideal de la belleza griega fue la armonía entre la perfección física, espiritual y moral. El refrán popular, según el cual “la felicidad, a fin de cuentas, se reserva siempre a los más capaces”, también se puede aplicar a la armonía que debe existir entre el cuerpo y el espíritu. El espíritu sano generalmente coincide con el cuerpo sano. Por tanto, el perfeccionamiento físico no constituye en el estado racista una cuestión individual, ni mucho menos algo que incumbe en primer lugar a los padres, interesando a la comunidad sólo en segundo o tercer término, sino que es una necesidad de la conservación nacional representada y garantizada por el estado. (...) La labor educativa del estado deberá estar organizada de tal suerte que el cuerpo del niño sea tratado convenientemente desde la primera infancia, para que así adquiera el temple físico necesario al desarrollo de su vida. Sobre todo, velará porque no se forme una generación de sedentarios. Este trabajo de educación y asistencia debe ser iniciado por las madres. Fue un craso error tener hoy, incluso en el programa de las escuelas de grado medio, reservadas a la gimnasia solamente dos horas por semana, y esto incluso sin carácter obligatorio. No debería transcurrir un sólo día sin que el adolescente deje de consagrarse, por lo menos durante una hora por la mañana y durante otra por la tarde, al entrenamiento de su cuerpo mediante deportes y ejercicios gimnásticos. En particular no puede prescindirse de un deporte que, justamente ante los ojos de muchos que se dicen “racistas”, es rudo e indigno: el pugilato. Es increíble cuán erróneas son las opiniones difundidas a este respecto en las esferas “cultas”, donde se considera natural y honorable que el joven aprenda esgrima y practique con espada, en tanto que al boxeo se lo conceptúa como rudo. ¿Y por qué?. No existe deporte alguno que fomente como éste el espíritu de ataque y la facultad de rápida decisión, haciendo que el cuerpo adquiera la flexibilidad del acero. No es más brutal que dos jóvenes diluciden un altercado con los puños que con una lámina de aguzado acero. Tampoco es menos noble que un hombre agredido se defienda de su agresor con los puños en vez de huir para apelar a la policía. Antes que nada, el muchacho sano debe aprender a soportar golpes. Eso, a los ojos de nuestros “luchadores intelectuales”, puede parecer salvaje. Pero un estado nacionalista no tiene por misión fundar una colonia de estetas pacifistas o de degenerados físicos. El tipo humano ideal que busca el estado racista no está representado por el pequeño moralista burgués o la solterona virtuosa, sino por la retemplada encarnación de la energía viril y por mujeres capaces de dar a luz verdaderos hombres. Es así como el deporte no sólo está destinado a hacer del individuo un hombre fuerte, diestro y audaz, sino también a endurecerle y enseñarle a soportar inclemencias. (...) En un estado nacionalista, el ejército no existe sólo para enseñar al hombre a desfilar o para otros ejercicios militares, sino que debe ser la más alta escuela de la educación nacional. Naturalmente que el joven recluta debe aprender a manejar las armas, pero al mismo tiempo debe ser preparado para la vida futura. El objetivo principal de la instrucción militar tendrá que ser, empero, el mismo que otrora constituyera el mayor mérito del antiguo ejército: el lograr que esa escuela haga del joven un hombre; allí no solamente aprenderá a obedecer, sino a adquirir, asímismo, las condiciones que lo capaciten para poder mandar un día. Deberá aprender a callar no sólo cuando se le reprenda con razón, sino también –si es necesario– en el caso inverso. (...) Cumplido el servicio militar, dos documentos deben extendérsele: 1º, su diploma de ciudadano, como título jurídico que lo habilite para ejercer en adelante una actividad pública; 2º, su certificado de salubridad, como testimonio de sanidad corporal para el matrimonio. El estado racista puede orientar la educación de la muchacha, análogamente al procedimiento que se emplea con el muchacho, partiendo de puntos de vista iguales. También en este caso tiene que recaer la atención ante todo sobre el entrenamiento físico y sólo después sobre el fomento de las facultades morales y, por último, de las intelectuales. La finalidad de la educación femenina es, inmutablemente, formar a la futura madre”. Alphonse de Chateaubriant, visitó en los años treinta el Ordensburg de Vogelsang, quedando agradablemente impresionado. Podemos leer en un texto suyo de la época cómo el reportero se refiere al comedor del burgo y a la bella armonía “perfecta” en la que este se halla presentado y decorado: “Toda esta blancura se debe a la repetición de un millar de cubiertos inmaculados, cada uno con su impecable servilleta, dispuesta como una flor, al mismo tiempo que, cerca de cada copa en su jarrón de cristal, descansa en su vasta plenitud floral una gran margarita reina, brillante y lustrosa, que difunde sus rayos blancos, como una obra maestra salida del divino taller de los magos Meissen…”. “Vosotros que, por intermedio de una somera lectura, recibiréis la impresión atenuada, pero sin embargo, auténtica, de este hecho singular, no tengáis ninguna duda: una blancura tan franca y pura y una expansión floral tan notable practicada por este millar de jóvenes, mañana los conductores de un pueblo, dice mucho en esta hora de suciedad sobre el valor de la sangre y el alma aportado por estos hombres que se levantan para ser una fuerza inquebrantable. Dice mucho sobre lo que se elabora en el alma de los germanos, sobre lo que quieren salvar de sí mismos en sí mismos, extirpando los aspectos demoníacos de los humanos que, antaño merecieron o provocaron el diluvio. Dice mucho sobre lo que representó en el alma germánica la continuidad de esta flor de pureza que han proclamado los mitos de su raza”. “Ante esta blancura perfecta, en el seno de la cual se han reunido estos mil jóvenes caballeros de Vogelsang, no puedo evitar de pensar en el alma de Lohengrin y de Parsifal, descubrir entre estas dos purezas una relación de fidelidad milenaria y descendencia indestructible, ver que, a través de la misma sangre, la pureza de la leyenda y la pureza del hombre nuevo se sostienen juntas en la misma rama del árbol de Dios”. 7- El Nacional Socialismo secreto En 1960, Jacques Nobécourt, periodista e historiador, manifestaba: “La hipótesis de una comunidad de iniciados subyacente al nacionalsocialismo se ha impuesto poco a poco. Una comunidad (...) regida por principios ocultos mucho más elaborados que las doctrinas de “Mi Lucha” o “El mito del siglo XX” (de Rosenberg), y que utilizaba ritos cuyas huellas aisladas no se descubren fácilmente, pero cuya existencia a los analistas les parece indudable”. La Lectura de “Cruzada contra el Graal” y “La Corte de Lucifer en Europa”, del autor alemán, coronel SS y miembro de la Ahnenerbe, Otto Rhan, había sido declarada obligada para los oficiales superiores de la SS. El hecho de la importancia otorgada a la lectura de estas obras demuestra que contiene la clave de la cosmogonía hitleriana, a poco que uno se moleste en buscarla. Miguel Serrano, en su libro “Adolf Hitler, el Último Avatara“ se refiere a esa comunidad de iniciados subyacente al nacionalsocialismo que cita Jacques Nobécourt. Explica Serrano cómo al caer el Reich alemán “los dirigentes secretos del Hitlerismo Esotérico partieron con el Führer en dirección de los refugios polares de los Dioses Blancos, tal como antes lo hicieran los guías invisibles de los auténticos Rosacruces, de los Vikingos, de los Visigodos, de los Troyanos y de los Siddhas hiperbóreos”. “Al franquear las entradas del mundo divino, las puertas de la Ciudad de los Césares, nos encontraremos con todos esos inmortales que allí han resucitado, pudiendo penetrar en una nueva velocidad del tiempo. La velocidad supratemporal de los Vimanas, de los Ovnis, como los llaman hoy. Y veremos cara a cara al Führer”. Mas para que todo esto pueda llegar a suceder, debemos antes alcanzar la Iniciación del Hitlerismo Esotérico. No se trata, entonces de ponernos a buscar por cumbres, lagos, ventisqueros, oasis antárticos, las entradas al mundo subterráneo, la Ciudad Alquímica de las mutaciones, la del plomo, Paititi, sin haber sido merecedores de cruzar el umbral gracias a una transformación previa y sincronística, lograda por medio de la Iniciación que hizo posible que los hitleristas esotéricos también fueran admitidos por “los que antes que ellos llegaron”, a esos Refugios de la Vida Eterna de la raza aria inmortal. Nadie que no sea un ario, un nacido dos veces, un iniciado, podrá penetrar ahí”. Miguel Serrano afirma que fue en el Castillo de la Orden Negra donde se habría dado la iniciación a unos pocos elegidos para tratar de conseguir una aparición del Sonnenmensch, del Hombre-Sol, del Superhombre, gradualmente y por etapas. Primero se trabajaba la transformación en hombre nórdico y luego la transformación de este en aryo, pudiendo alcanzar hasta el hiperbóreo de los orígenes, con la consiguiente restauración del “órgano perdido”; esa “glándula” atrofiada, el tercer ojo, el Vril, ER (“La Columna que atraviesa el Cielo”), condición de la Raza Blanca original. Al recuperarlos, el redescubrimiento del Vimana vendría a ser una consecuencia lógica, sincronística. El hecho de que los hitleristas hayan podido construir los Ovnis en los últimos años de la guerra, tal como nos lo confirma el “Militarisches Taschenlexikon” de la Bundeswehr, de la Alemania Federal del año 1983, nos está indicando que en el laboratorio esotérico alquímico del Ordensburg, del Castillo de la Orden Negra, de la Ahnenerbe o de algún otro sitio, se tuvo éxito en la mutación producida por la Swástika Levógira, en el Camino del Retorno, por medio de esa Alquimia iniciática, recreando el hiperbóreo. Según Serrano, “los directores secretos de la SS fueron desconocidos de las huestes uniformadas, manteniendo el contacto sólo con la cúspide visible, a menudo también anónima, de modo que nos asiste la duda de que el mismo Himmler les haya descubierto, debiendo este obedecer órdenes, que la mayoría de las veces le llegaban directamente del Führer o de alguna otra autoridad ignorada. El Castillo de Wewelsburg, en Westfalia, facilitaba la transmisión de poderosas energías nórdicas”. “De haber podido seguir más años de trabajo de ese Laboratorio de Magia Levógira, sólo los Divyas saben a dónde habrían llevado a los SS. Por ello, el Señor de las Tinieblas, Jehova, tembló en sus avernos descargando todas sus fuerzas antes de que también para él se hiciera demasiado tarde y el Yuga de los Héroes pudiera tener éxito en remontar la corriente fatal de la entropía y reimplantar la Edad Dorada. Vencer al tiempo, creando una nueva velocidad que lo superara”. Miguel Serrano sigue diciéndonos que “si bien no llegó a cumplirse el plan SS para la restauración de la tierra, los desconocidos dirigentes SS alcanzaron la Gran Transmutación, dando fin algunos de ellos al “opus magnum”. Ni siquiera Himmler les conocía. Estos Directores Desconocidos no fueron hechos prisioneros ni murieron en la guerra. Desaparecieron de un modo misterioso y nadie ha sabido nunca quiénes fueron ni a dónde partieron. Himmler y los otros dirigentes visibles de la SS no hicieron más que obedecer sus órdenes, ciñéndose a sus directivas. Cuando poco antes del final, estos desaparecen, los dirigentes visibles se quedan huérfanos y toda la gigantesca estructura interna se desmorona en una hora, como al soplo de un viento venido de otro universo. Himmler empieza a deambular, habiendo perdido además el contacto con el Führer. En lugar de combatir hasta la muerte, entra en conversaciones con el presidente de la Organización Judía Mundial. No era más que un fantasma al que habían succionado su alma; habiendo perdido la iluminación telepática que lo inspirara un día para poder revivir un inmenso sueño en las tierras más sacras de los gigantes hiperbóreos del Esternsteine”.
SS. LA ORDEN NEGRA