Entrevista a Pedro Varela: “Los judíos necesitan una pasión…”
Publicado: julio 25, 2013 Archivado en: Uncategorized 27 Comentarios »
“Los judíos necesitan una pasión, como la de Cristo, que sería la deportación; necesitan una crucifixión, que serían las cámaras de gas, y una víctima que son los seis millones”.
Pedro Varela es conocido por su trayectoria como editor, escritor e historiador revisionista. Es el propietario de la Librería Europa, famosa por difundir material relacionado con la segunda guerra mundial. Los libros que te encuentras en su librería no son los que hay en la Fnac o en El Corte Inglés. Además tiene una editorial, Ediciones Ojeda, que le da voz a aquellos a los que muchos no quieren o no pueden escuchar. Esto le ha traído más de un problema.
¿Cómo definiría usted la librería Europa?
Es un centro de difusión de cultura, con libros, edición de libros y conferencias alternativo al sistema. El sistema te ofrece la posibilidad de llegar a otro tipo de libros en el resto de las librerías, pero hay libros a los que no llegas. Simplemente porque no están expuestos. Nosotros corremos el riesgo de exponerlos y ofrecerlos al público. No obligamos a nadie a entrar en la librería, y quien entra lo hace voluntariamente y lee o no lee, pero, por lo menos puede comparar.
¿Por qué difundir este material?
Porque sino no hay forma de llegar a él. Tú puedes leer El Capital de Marx y no por ello defiendes el gulag soviético. Quieres informarte. Pero no puedes leer el Mi Lucha de Hitler porque no hay forma de encontrarlo. La gente ha de poder tener la posibilidad de informarse. Puedes leer la versión de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Lógicamente la historia la escriben los vencedores, los vencidos no tienen nada que decir, primero porque los mataron a todos y luego porque no les han dejado escribir nada y creo que es necesario exponer ambas versiones.
Vi en vuestra página web que os habían prohibido vender Mein Kampf.
Bueno, dicen que lo hemos editado sin pagar los derechos, pero el pobre Hitler lo que quería era que el libro se difundiera, no cobrar derechos. Es un truco legal para perseguirnos. El fiscal del odio, como le llaman aquí en Catalunya, dice que tenemos que pagar los derechos, no se sabe exactamente a quien. Sin embargo el libro es de libre difusión y de posesión universal. Solo nos persiguen a nosotros, es un tema político.
¿Diría que censurar favorece la difusión?
Yo creo que sí. No existe en la historia ningún texto que haya sido prohibido y hayan conseguido que desapareciera. En la época de Franco no querían que la gente leyera El Capital de Marx, y todas las librerías lo vendían bajo mano. Es un tocho aburridísimo, te puedes morir si lo lees, pero lo puedes leer si quieres. Incluso al Marqués de Sade se le acusó de sadismo. Pero tú puedes leer al Marqués de Sade y no ser un sádico.
Ellos lo que pretenden es que si tú lees estos libros eres un monstruo antisemita. Eso es una manipulación de la información.
Y les hicieron destruir 20.900 libros…
Los han condenado como material prohibido, lo cual en una democracia es algo inaudito, porque tanto criticar a Franco, a la Inquisición, a la Edad Media, y ellos hacen lo mismo, pero con hipocresía. Porque claro, con Hitler o Franco, ya sabías lo que había. Pero aquí dicen que hay libertad de expresión. En realidad no la hay. No han destruido 20.900, solo una parte de ellos, aquellos títulos que la jueza condenó. Uno de los libros prohibidos es Raza, inteligencia y educación, de Eysenck, porque el Mosso d’Esquadra entró, vio la palabra raza y se asustó. Eysenck es judío, y su familia se fue de Alemania porque no estaba de acuerdo con Hitler. En el mundo anglosajón es una eminencia. En Barcelona no puedes estudiar la carrera de psicología sin haberte leído este libro, pero los muy brutos lo secuestraron. Es un libro muy serio que habla de los coeficientes intelectuales dependiendo de la raza. En una página dice que según los estudios del coeficiente intelectual, los amarillos, los asiáticos, son más inteligentes que los blancos. A mí me da igual, no me ofendo por ello. Pero en otra página dice que los negros están medio punto por debajo de los blancos, pero él está todo el rato defendiendo a los negros. Ellos sacan la frase fuera del contexto: “está diciendo que los negros son menos inteligentes”, entonces ya lo declaran como libro antidemocrático. Pero sigue siendo lectura obligatoria en la facultad de psicología.
¿Entonces como lo consiguen los de psicología?
Luego lo han editado otras editoriales como Galaxia Gutemberg o Aura. Lo han prohibido solo porque estaba aquí. Es un absurdo absoluto. Además de ese libro, tienes El pensamiento Wagneriano, de Chamberlein. Lo han prohibido porque la mitad del libro son escritos de Wagner en los que habla de que en ese momento los judíos dominaban las finanzas y la banca… igual que hacen hoy en día porque Lehmann Brothers son judíos. Lo han prohibido porque Wagner, que murió mucho antes de que naciera Hitler, es acusado de nazi. Una cosa increíble. Es un señor que nació en las guerras napoleónicas prácticamente. Aquí el absurdo está en que la jursiprudencia española dice que la responsabilidad es en cascada. Primero el responsable es el autor, luego el editor… el librero es el último. Pero aquí me han cogido a mí. Porque les molesta la librería Europa abierta en Barcelona. Ahora estamos en el 200 aniversario de Wagner y le prohíben sus textos al pobre hombre. En Barcelona, que posiblemente sea la ciudad más wagneriana de Europa.
¿Al final España le ha indemnizado no?
Todavía no está claro. Nosotros pedimos 100.000€ porque han sido 17 años, ha habido 3 secuestros de libros, uno de 20.900, otro de 6.000 y otro de 4.000, a precio de 20 euros el libro imagínate las pérdidas. Los Mossos d’Esquadra se han llevado cada vez que han venido todos los ordenadores. Los siete Macintosh que teníamos de alta calidad, porque eran para editar libros, nunca nos los devolvieron. Luego nos pasamos a los PC, que tampoco nos devolvieron, y la tercera vez igual. La tercera vez nos devolvieron las carcasas sin la tripa. Vacías. Una cosa increíble. Luego boicotean cada vez que traemos a una personalidad. Se ponen en la puerta y no dejan entrar. Y si al final dejan entrar al público, se ponen con una cámara y lo graban todo. La gente tiene miedo. Los daños son numerosos. Estrasburgo les ha condenado a 13.000€ que son para pagar al abogado, que por 17 años no son suficientes. Pero el Estado aún podría recurrir.
Le voy a leer esto a ver que opina. Lo escribió un bloguero de El País: “Por otro lado, el librero nazi es propietario de Ediciones Ojeda, una editorial que publica a todos los descerebrados psicópatas del mundo. La Librería Europa es un lugar contradictoriamente ajeno a las librerías. Su trastienda es vivero de cachorros fascistas, su escaparate desconsuelo universal, y los textos que adornan las estanterías, bajeza intelectual.”
Esto es que ni siquiera ha venido. En la librería puedes encontrarte todos los clásicos españoles, textos de religión, los textos de los aliados… y la trastienda pues ya la ves tú. No vas a ser un cachorro fascista. Lo que pasa es que les molesta que el público pueda tener una formación diferente a la que ellos dan. Ellos quieren que todo el mundo piense a su manera, y temen que si alguien les dice otra cosa diferente, estén de acuerdo. Aquí damos conferencias con las que yo a veces no estoy de acuerdo. Yo soy católico y a veces viene un pagano o un musulmán… pero esto es una librería, no un centro de adoctrinamiento. Puede hablar cualquiera. Lo que si es cierto es que permitimos que hablen personas que en otros lugares no les dejarían que hablar. Habla este periodista de descerebrados.
David Irving ahora está condenado porque escribe libros que no gustan, pero era el autor de libros sobre la segunda guerra mundial más vendido en el mundo anglosajón. Publicaba por McMillan y por Planeta en Barcelona. Y un día, en uno de esos libros que es La guerra de Hitler, añadió un capítulo en el que decía que llevaba 40 años investigando y no ha podido demostrar ninguna orden de Hitler que dijera que hay que hacer pastillas de jabón con seis millones de personas. A partir de entonces se le tiró el mundo encima, la prensa… por eso ahora no le publica nadie. Entonces este de El País, que debe ser un cualquiera, dice que es un descerebrado. Pero si Planeta y McMillan habían pensado que era un historiador serio… La mayoría de los historiadores lamentablemente leen 6 libros sobre un tema y escriben el séptimo. Pero él va a las fuentes originales. Investiga en serio.
Es descerebrado solo porque dice lo que no le interesa al sistema. Eso no es serio. Para un periodista de El Paístampoco.
¿Qué cree haría falta para que hubiese libertad de expresión?
Yo creo que el problema es que muchos dicen que son demócratas y no lo son. Porque yo no lo soy, pero sí me interesa escuchar a todo el mundo, saber que piensan y entablar conversación, intercambiar información. En el momento en que censuran libros, conferencias, en que no te permiten decir según que cosas, hay una censura de hecho. Pero lo peor de todo en nuestra época es la autocensura mental. Te pongo un ejemplo. Tú ahora vas por el Paseo de Gracia y ves a dos homosexuales que se están dando un beso. Si eres un hombre, un macho, te gustan las chicas lógicamente. Entonces te da cierto asquito. Que hagan lo que quieran en su casa, pero a mí que no me molesten. Pero tú tienes que hacer ver que te da igual, que no te molesta, porque si dices algo, el fiscal del odio te persigue por homofobia. Una minoría obliga a una mayoría a aceptar algo que es antinatural.
Toda la población está vacunada ideológicamente y sabe que no puede decir nada de los homosexuales, a pesar de que hace cuatro días todo el mundo les llamaba maricas.
Pero ahora ya no puedes hablar de los maricas porque es una palabra despectiva. Ahora a los negros hay que llamarles subsaharianos, lo cual es absurdo porque si vas más abajo está Namibia, donde hay todavía blancos. Entonces llegamos a una época donde lo peor es la autocensura. Hay un esquema ideológico y no puedes salirte de allí. Por eso cuando a mí me condenaron y me metieron en la cárcel por vender libros, los intelectuales, profesores, periodistas y demás, no dijeron nada. Esto es una democracia. Es una cosa increíble. No puede ser que condenemos libros. Habíamos quedado en que los libros no delinquen ¿verdad?
Como no le des a alguien en la cabeza con él, un libro no hace daño. Podrá estar bien escrito o mal escrito pero el libro en si no hace daño.
Hay quienes se refieren a ustedes como “fanáticos”, en tono despectivo. ¿Se considera usted como tal?
No, yo creo que no. Primero hay que determinar qué es fanático. Si tú defiendes algo de lo que estás muy convencido… por ejemplo, si tuvieras un bebé serías una fanática de tu bebé. Que no te lo toquen. Poca broma con eso. Eso sería el aspecto positivo. Si eres fanática de Dios vas a intentar hablar con todo el mundo y convencerle de que hay un Dios, una vida después de la muerte, y vas a defenderlo. Ser fanático no es malo visto así. Ellos traducen ser fanático como un hombre que no razona, que no se aviene a conversar, ni a intercambiar información. Pero eso no es ser un fanático, eso es un idiota o un inculto que no tiene ningún interés en enriquecerse.
Usted dice que no se cree el holocausto. ¿Por qué?
Bueno, te he mencionado antes a David Irving. Yo era muy pequeñito, tenía 15 años, y escuché a un ingeniero americano en un polígono industrial de Huelva donde trabajaba mi padre (en una cena de esas de sociedad en las que las señoras hablan de vestidos y los señores de coches). Este ingeniero preguntó: ¿Cuántos judíos mató Hitler? Yo dije: Seis millones. Y me dijo que no, a lo que yo le contesté: bueno pues serían doce millones restando los gitanos, los homosexuales y tal… y me dijo que tampoco, que Hitler no había matado a ninguno. Me quedé con la copla. A mí siempre me había interesado la segunda guerra mundial porque quería ser aviador, y era muy germanófilo porque los aviones alemanes eran tremendos. Y luego investigando he llegado a la conclusión de que es cierto.
Efectivamente los alemanes nunca dieron ninguna orden de matar de forma sistemática a todo un pueblo. Las pruebas son muy diversas.
La aritmética: en la Europa que dominaban los alemanes no había más que tres millones de judíos, por lo tanto, no pudieron matar seis millones. Además, muchos de esos tres millones se fueron a la Rusia ocupada por Stalin. No todos fueron presos por los alemanes. Luego la prueba química. Se dice que fueron gaseados en las cámaras de gas, pero los químicos fueron a esas cámaras de gas y no encontraron restos de nada. Efectivamente el Zyklon B, que se usaba para desinfectar la ropa de los soldados para limpiarla de los piojos, se impregna con el cemento. Las cámaras donde se desinfectaba esta ropa hasta el día de hoy están azules… en cambio en las cámaras donde se supone que se mataban a millones de judíos no hay ni restos del Zyklon B. Los químicos dicen que si no hay Zyklon B, ahí no hubo gaseamiento. También está la prueba lógica. Resulta que Auschwitz era un campo de trabajo. Estaba la Siemens, la IG Farben… los alemanes no tenían caucho y fabricaban caucho sintético allí con una planta que tenían. Y los presos, que eran delincuentes comunes, polacos, rusos… la mayoría ni siquiera eran judíos, trabajaban ahí, porque los alemanes estaban pegando tiros en el frente. Necesitaban a alguien que trabajara. Los alemanes podían ser malos pero idiotas no eran. Tú no puedes matar a tus trabajadores.
Pongamos que tienes seis millones de presos, y en vez de aprovechar su fuerza de trabajo, los matas con un sistema complicadísimo, los transportas en tren por toda Europa, los llevas a un sitio, los metes en una cámara de gas y te haces pastillas de jabón con ellos.
Eso escapa a toda lógica. Los soviéticos que eran bastante más prácticos, a los 40.000 oficiales polacos y a los intelectuales católicos de Polonia, les pegaron un tiro en la nuca. Sin transportarlos ni nada. Cuando investigas un crimen te hace falta el instrumento del crimen y el cuerpo del delito. El cuerpo del delito no ha sido encontrado, porque seis millones de muertos… hará falta encontrar los cadáveres. Hace poco tuvimos que incinerar a un familiar, y le pregunté al del tanatorio: ¿Cuando vuelvo? Y me dijo que dentro de cuatro horas. En realidad el horno tarda dos horas, pero hacen falta otras dos horas para que se enfríe, y una hora para limpiarlo. Esto con un horno moderno de última generación tecnológicamente avanzado. Imagínate los de aquella época que eran de carbón y estaban para quemar los cadáveres con tifus o con epidemias. En el tanatorio me dijeron que a pesar de las cuatro horas de trabajo, queda el esqueleto. Es calcio, es un mineral. Tendrían que estar todo el día gastando gas. Entonces lo que hacen es que lo meten en una máquina, los pulverizan y te los dan en una vasija. En aquella época no pulverizaban huesos. Entonces eso sería una muralla de varios metrps altura alrededor de todo el campo de Auschwitz. No se ha encontrado. Luego dijeron que los enterraron. Han investigado y las tierras de Auschwitz son freáticas, es decir, que a un palmo de la tierra hay agua, y no hay cadáveres de nadie. No hay cuerpo del delito. Y el instrumento del delito que es la cámara de gas tampoco existe. No han encontrado nada. Solo saben que había campos de concentración de los aliados, los americanos, los rusos y los alemanes, donde ponían a los presos militares, a los presos políticos y a los delincuentes comunes. Los ponían a trabajar.
¿Y entonces por qué este mito?
Porque la victoria real es, después de la militar, la victoria psicológica. Piensa que en aquel momento, en el juicio de Nuremberg, los soviéticos que se sentaban ahí juzgando a los alemanes, estaban violando a dos millones de alemanes en Berlín, y habían expulsado a trece millones. Y luego los aliados habían bombardeado todas las ciudades alemanas, quemando vivos a todas las mujeres y niños. Todos los centros históricos, los barrios góticos, las catedrales alemanas… todo destruído. Habían hundido barcos con toda la gente que iba dentro. Fue la mayor tragedia marítima de la historia. Los submarinos alemanes tenían orden de rescatar a los británicos y a los americanos que caían al agua, pero los aliados tenían orden de bombardear el submarino alemán. Entonces los alemanes ya no rescataban marinos…. y luego en el juicio de Nuremberg acusaron a los alemanes de no rescatar marinos.
Aquello del juicio de Nuremberg fue una pantomima del vencedor frente al vencido, y no es ni jurídicamente serio, ni históricamente serio. Pero todo se basa en ese juicio.
¿Y por qué se sigue hablando de esto?
Por una razón muy sencilla. La alta finanza internacional está dominada por los judíos. Ellos tienen la fe de que tiene que venir el Mesías. Y solo con la llegada del Mesías, ellos llegarán al poder del mundo. Todas las religiones del mundo son idealistas. Tienes que ser bueno porque luego viene el más allá. En el judaísmo pretenden que todas las propiedades y los bienes del mundo sean para ellos. En la mitología religiosa todos los pueblos y naciones acabaron trabajando para ellos y rindiéndoles tributo. Y ya lo hacemos, porque nosotros pagamos al Estado español, y el Estado español paga la deuda a la banca internacional judía. Es así. Así todas las naciones. Ellos pretenden que el Mesías sea el propio pueblo judío. Necesitan una pasión, como la de Cristo, que sería la deportación; necesitan una crucifixión, que serían las cámaras de gas, y una víctima que son los seis millones. La palabra holocausto te demuestra que la han inventado ellos. Es un tema religioso. Holocausto, en el antiguo testamento, era el sacrificio religioso de un animal. Ellos se ofrecen en holocausto a ese Mesías que ha de venir, en un holocausto que no ha tenido lugar, que es el de los seis millones de pastillas de jabón.
Por cierto, las pastillas de jabón no las ha encontrado nunca nadie en ningún lavadero del Tirol…
En Auschwitz había una placa de granito en 27 idiomas diciendo que ahí habían muerto cuatro millones de judíos convertidos en pastillas de jabón o gaseados. Después de la visita de Juan Pablo II la retiraron. La ajustaron a un millón y medio, como en las rebajas de El Corte Inglés. Pero siguen hablando de seis millones. Luego fue Ratzinger, y quitaron lo de un millón y medio. Y ahora, el director del museo de Auschwitz (ya no son ni los alemanes ni los nazis), dijo que allí, como mucho, murieron 70.000 personas por enfermedades y bombardeos aliados, y más de la mitad ni siquiera eran judíos. Y ahora ya no ponen placas. Es un problema de mitología. El holocausto es un mito. Es necesario para la existencia de ese plan de los judíos de dominar el mundo, y es en el que se sustenta el sistema capitalista plutocrático actual. Todo lo que hacen está mal, pero dicen que es mejor que lo que pasó antes, que fueron los nazis. Como siempre están bombardeando este tema, justifican cualquier cosa que hagan.
Hay quien dice que sus libros son un paso hacia el crimen racial.
Desde que existe la Librería Europa no me consta que las estadísticas de crímenes raciales hayan aumentado. No sé de nadie que por leer un libro de los que tenemos aquí haya matado a alguien, y en cualquier caso no es culpa nuestra. Es como decir que si alguien lee al Marqués de Sade se vaya luego por ahí a hacer burradas con las señoras. Es un absurdo absoluto.
Hace unos años vi Diario de un skin, y siempre hacían referencia a esta librería como lugar de origen de una serie de conflictos relacionados con skins y gente bastante peligrosa. ¿Podría decirme que hay de cierto en esa historia?
Yo creo que no es cierto porque yo a este señor que escribe que parece ser que es un periodista no lo conozco. Y en teoría ha tenido que estar aquí dentro, en la librería, en las conferencias…y nunca se ha presentado. Que lo normal sería decir: soy un periodista, vamos a hablar… como haces tú. Nunca lo hizo. El tenía que vender el libro, y para venderlo necesitaba hacer una novela apasionante y tal. A lo mejor ha venido a comprar un libro, y eso es lo máximo que ha hecho. Pero ha montado un show. Realmente ha sido un éxito comercial, yo felicito a la editorial por esa puesta en escena. La prueba la tienes en que aquí no ves un skin. Si los skins leyeran libros no serían skins. Son tribus urbanas de las grandes ciudades del capitalismo.
Los skins han surgido en las capitales del capitalismo, en las tribus urbanas de los barrios como protesta al sistema. Pero son su juventud. Es la juventud democrática. Son los suyos.
Pero como no les gusta, nos echan otra vez la culpa a nosotros. Ojalá aquí vinieran skins. Si leen los libros ya es buena señal. Estoy seguro de que todo aquel que lea un libro, va a avanzar culturalmente. Aquí siempre recomendamos que vengan a las conferencias, que escuchen música clásica, que vayan a la montaña… estás facilitando la salud de la gente. Es una librería que cultiva la cultura.
Andrea Espiñeira
Ellos lo que pretenden es que si tú lees estos libros eres un monstruo antisemita. Eso es una manipulación de la información.
Le voy a leer esto a ver que opina. Lo escribió un bloguero de El País: “Por otro lado, el librero nazi es propietario de Ediciones Ojeda, una editorial que publica a todos los descerebrados psicópatas del mundo. La Librería Europa es un lugar contradictoriamente ajeno a las librerías. Su trastienda es vivero de cachorros fascistas, su escaparate desconsuelo universal, y los textos que adornan las estanterías, bajeza intelectual.”
Esto es que ni siquiera ha venido. En la librería puedes encontrarte todos los clásicos españoles, textos de religión, los textos de los aliados… y la trastienda pues ya la ves tú. No vas a ser un cachorro fascista. Lo que pasa es que les molesta que el público pueda tener una formación diferente a la que ellos dan. Ellos quieren que todo el mundo piense a su manera, y temen que si alguien les dice otra cosa diferente, estén de acuerdo. Aquí damos conferencias con las que yo a veces no estoy de acuerdo. Yo soy católico y a veces viene un pagano o un musulmán… pero esto es una librería, no un centro de adoctrinamiento. Puede hablar cualquiera. Lo que si es cierto es que permitimos que hablen personas que en otros lugares no les dejarían que hablar. Habla este periodista de descerebrados.
David Irving ahora está condenado porque escribe libros que no gustan, pero era el autor de libros sobre la segunda guerra mundial más vendido en el mundo anglosajón. Publicaba por McMillan y por Planeta en Barcelona. Y un día, en uno de esos libros que es La guerra de Hitler, añadió un capítulo en el que decía que llevaba 40 años investigando y no ha podido demostrar ninguna orden de Hitler que dijera que hay que hacer pastillas de jabón con seis millones de personas. A partir de entonces se le tiró el mundo encima, la prensa… por eso ahora no le publica nadie. Entonces este de El País, que debe ser un cualquiera, dice que es un descerebrado. Pero si Planeta y McMillan habían pensado que era un historiador serio… La mayoría de los historiadores lamentablemente leen 6 libros sobre un tema y escriben el séptimo. Pero él va a las fuentes originales. Investiga en serio.
Es descerebrado solo porque dice lo que no le interesa al sistema. Eso no es serio. Para un periodista de El Paístampoco.
Toda la población está vacunada ideológicamente y sabe que no puede decir nada de los homosexuales, a pesar de que hace cuatro días todo el mundo les llamaba maricas.
Pero ahora ya no puedes hablar de los maricas porque es una palabra despectiva. Ahora a los negros hay que llamarles subsaharianos, lo cual es absurdo porque si vas más abajo está Namibia, donde hay todavía blancos. Entonces llegamos a una época donde lo peor es la autocensura. Hay un esquema ideológico y no puedes salirte de allí. Por eso cuando a mí me condenaron y me metieron en la cárcel por vender libros, los intelectuales, profesores, periodistas y demás, no dijeron nada. Esto es una democracia. Es una cosa increíble. No puede ser que condenemos libros. Habíamos quedado en que los libros no delinquen ¿verdad?
Como no le des a alguien en la cabeza con él, un libro no hace daño. Podrá estar bien escrito o mal escrito pero el libro en si no hace daño.
Efectivamente los alemanes nunca dieron ninguna orden de matar de forma sistemática a todo un pueblo. Las pruebas son muy diversas.
La aritmética: en la Europa que dominaban los alemanes no había más que tres millones de judíos, por lo tanto, no pudieron matar seis millones. Además, muchos de esos tres millones se fueron a la Rusia ocupada por Stalin. No todos fueron presos por los alemanes. Luego la prueba química. Se dice que fueron gaseados en las cámaras de gas, pero los químicos fueron a esas cámaras de gas y no encontraron restos de nada. Efectivamente el Zyklon B, que se usaba para desinfectar la ropa de los soldados para limpiarla de los piojos, se impregna con el cemento. Las cámaras donde se desinfectaba esta ropa hasta el día de hoy están azules… en cambio en las cámaras donde se supone que se mataban a millones de judíos no hay ni restos del Zyklon B. Los químicos dicen que si no hay Zyklon B, ahí no hubo gaseamiento. También está la prueba lógica. Resulta que Auschwitz era un campo de trabajo. Estaba la Siemens, la IG Farben… los alemanes no tenían caucho y fabricaban caucho sintético allí con una planta que tenían. Y los presos, que eran delincuentes comunes, polacos, rusos… la mayoría ni siquiera eran judíos, trabajaban ahí, porque los alemanes estaban pegando tiros en el frente. Necesitaban a alguien que trabajara. Los alemanes podían ser malos pero idiotas no eran. Tú no puedes matar a tus trabajadores.
Pongamos que tienes seis millones de presos, y en vez de aprovechar su fuerza de trabajo, los matas con un sistema complicadísimo, los transportas en tren por toda Europa, los llevas a un sitio, los metes en una cámara de gas y te haces pastillas de jabón con ellos.
Eso escapa a toda lógica. Los soviéticos que eran bastante más prácticos, a los 40.000 oficiales polacos y a los intelectuales católicos de Polonia, les pegaron un tiro en la nuca. Sin transportarlos ni nada. Cuando investigas un crimen te hace falta el instrumento del crimen y el cuerpo del delito. El cuerpo del delito no ha sido encontrado, porque seis millones de muertos… hará falta encontrar los cadáveres. Hace poco tuvimos que incinerar a un familiar, y le pregunté al del tanatorio: ¿Cuando vuelvo? Y me dijo que dentro de cuatro horas. En realidad el horno tarda dos horas, pero hacen falta otras dos horas para que se enfríe, y una hora para limpiarlo. Esto con un horno moderno de última generación tecnológicamente avanzado. Imagínate los de aquella época que eran de carbón y estaban para quemar los cadáveres con tifus o con epidemias. En el tanatorio me dijeron que a pesar de las cuatro horas de trabajo, queda el esqueleto. Es calcio, es un mineral. Tendrían que estar todo el día gastando gas. Entonces lo que hacen es que lo meten en una máquina, los pulverizan y te los dan en una vasija. En aquella época no pulverizaban huesos. Entonces eso sería una muralla de varios metrps altura alrededor de todo el campo de Auschwitz. No se ha encontrado. Luego dijeron que los enterraron. Han investigado y las tierras de Auschwitz son freáticas, es decir, que a un palmo de la tierra hay agua, y no hay cadáveres de nadie. No hay cuerpo del delito. Y el instrumento del delito que es la cámara de gas tampoco existe. No han encontrado nada. Solo saben que había campos de concentración de los aliados, los americanos, los rusos y los alemanes, donde ponían a los presos militares, a los presos políticos y a los delincuentes comunes. Los ponían a trabajar.
Aquello del juicio de Nuremberg fue una pantomima del vencedor frente al vencido, y no es ni jurídicamente serio, ni históricamente serio. Pero todo se basa en ese juicio.
Por cierto, las pastillas de jabón no las ha encontrado nunca nadie en ningún lavadero del Tirol…
En Auschwitz había una placa de granito en 27 idiomas diciendo que ahí habían muerto cuatro millones de judíos convertidos en pastillas de jabón o gaseados. Después de la visita de Juan Pablo II la retiraron. La ajustaron a un millón y medio, como en las rebajas de El Corte Inglés. Pero siguen hablando de seis millones. Luego fue Ratzinger, y quitaron lo de un millón y medio. Y ahora, el director del museo de Auschwitz (ya no son ni los alemanes ni los nazis), dijo que allí, como mucho, murieron 70.000 personas por enfermedades y bombardeos aliados, y más de la mitad ni siquiera eran judíos. Y ahora ya no ponen placas. Es un problema de mitología. El holocausto es un mito. Es necesario para la existencia de ese plan de los judíos de dominar el mundo, y es en el que se sustenta el sistema capitalista plutocrático actual. Todo lo que hacen está mal, pero dicen que es mejor que lo que pasó antes, que fueron los nazis. Como siempre están bombardeando este tema, justifican cualquier cosa que hagan.
Los skins han surgido en las capitales del capitalismo, en las tribus urbanas de los barrios como protesta al sistema. Pero son su juventud. Es la juventud democrática. Son los suyos.
Pero como no les gusta, nos echan otra vez la culpa a nosotros. Ojalá aquí vinieran skins. Si leen los libros ya es buena señal. Estoy seguro de que todo aquel que lea un libro, va a avanzar culturalmente. Aquí siempre recomendamos que vengan a las conferencias, que escuchen música clásica, que vayan a la montaña… estás facilitando la salud de la gente. Es una librería que cultiva la cultura.
Pedro Varela Contra el Poder del Dinero
PEDRO VARELA en Mexico 1° parte