lunes, 4 de noviembre de 2013

LUCIFER, LIBERADOR LA SERPIENTE DE LA SALVACION LA VIDA ES UN JUEGO QUE HAY QUE JUGARLO CON SERIEDAD


LUCIFER, LIBERADOR
Según los mitos Gnósticos, Lucifer es el Enviado del Dios Incognoscible. Habíamos dicho que este Dios, el más grande, inalcanzable e incognoscible, no puede penetrar en este universo limitado de materia impura y satánica. Pero puede enviar a alguien, a Lucifer, según estos mitos. Solo con un supremo sacrificio puede un ser de fuego antimateria, inmensamente Espiritual, puro, penetrar en el terreno infernal de este universo. Según las leyendas y mitos Gnósticos, el gran Dios Incognoscible envió a Lucifer, ángel de fuego y de luz inefables, para iluminar a los hombres, para ayudarlos a despertar y a conocer su verdadero origen, el origen de su Espíritu, perversamente aprisionado en esa materia impura llamada cuerpo-alma. Es un ser increado, que ha venido al mundo creado a traer la Luz: la Gnosis liberadora. El conocimiento salvador capaz de despertar a los hombres y ayudarlos a liberar a sus Espíritus cautivos. El conocimiento apropiado para que el hombre pueda conocer quién es, por qué está aquí en este mundo y qué debe hacer para liberarse y realizar su Espíritu, el cual pertenece a otro plano, increado e incognoscible.
Lucifer vino al mundo a despertar al hombre, hemos dicho, a ayudarlo a recordar su origen divino, el origen divino de su Espíritu, a ayudarlo a liberarse del cuerpo-alma que lo aprisiona y a liberarse del tiempo y de la materia creados.
Sostienen los Gnósticos que el mito bíblico de la creación puede ser interpretado de la siguiente manera: el satanás creador del mundo aprisionó a Adán y a Eva en su mundo de miseria, y Lucifer, tomando la forma de una serpiente, les ofreció el fruto prohibido de la Gnosis salvadora y les demostró que el creador les engañaba. Efectivamente, el creador había dicho al hombre: “…del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás, porque en el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Por su lado, dijo la Serpiente: “Morir, no moriréis; antes bien, sabe Dios que en el día que comiereis de él, vuestros ojos se abrirán, y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal”. Continúa la biblia: “Y se abrieron los ojos de ambos”. No dice “murieron ambos”, dice “se abrieron los ojos de ambos”, tal como lo había anunciado la Serpiente. Más adelante, dice el creador: “He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de Nosotros, conociendo el bien y el mal”. El creador mintió, dijo que el hombre moriría si comía el fruto, y el hombre no murió. La Serpiente dijo la verdad. El creador mismo termina dándole la razón. Precisamente, los Gnósticos adjudican al demiurgo las características de mentiroso, además de plagiador. Para ellos, la creación entera es un intento fallido del demiurgo de imitar al mundo incognoscible. Asi­mismo, sostienen que la misma biblia es un plagio completo, basado en escritos anteriores de Babilonia y Egipto, principalmente.
Esta Serpiente Lucifer es el liberador del hombre y del mundo, según la Gnosis. Es la sabiduría, la Gnosis liberadora que despierta y salva al hombre. Por supuesto que este Enviado del Dios Incognoscible, Lucifer, es un opositor y un enemigo del creador del mundo.
Según los Gnósticos, el creador quiere mantener cautivo al hombre en esta esfera limitada, inferior e impura. También le ha prohibido al hombre contactarse con el mundo superior, representado en el mito bíblico por el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Pero Lucifer, el Ángel de Luz, que con gran sacrificio descendió a este infierno satánico para dar a los hombres el fruto prohibido de la Gnosis, les ha abierto los ojos para que recuerden su origen divino y su superioridad con respecto al creador. Antes de la llegada de la Serpiente al paraíso, afirman los Gnósticos, el hombre se hallaba en un estado de desconocimiento y de ceguera con respecto a su verdadera situación. Sostienen que Adán y Eva se encontraban en un estado de servidumbre, hasta que la Serpiente Lucifer les abrió los ojos dándoles a comer el fruto del conocimiento, que les hizo recordar su origen divino y percatarse de la situación en que se hallaban.
Por supuesto, el creador expulsó a Adán y Eva de ese paraíso donde los había colocado, pues él quiere que los hombres lo reflejen a él, que sean a imagen y semejanza de él, que cumplan sus preceptos para parecerse a él y no al Incognoscible. Él desea que el Espíritu permanezca adormecido para aprovechar su energía y nada más, impidiendo que ese Espíritu pueda manifestarse en el hombre y en el mundo.
Lucifer, liberador del hombre y del mundo, ha sido llamado también Abaddon, el Exterminador. Pero… ¿Exter­mi­nador de qué? Exterminador de la materia, porque aborrece este mundo creado de materia y tiempo. Se comportaría como una fuerza antimateria hostil, de una gran agresividad, porque odia todo lo que ha sido creado, como también aborrece los cuerpos y las almas de los hombres, pues pertenece al plano increado de lo incognoscible. Es exterminador, pero exterminador de la materia, exterminador de lo impuro. Tal es la leyenda Gnóstica de Lucifer.
Ahora podemos describir qué entidades increadas se encuentran dentro de este mundo creado.
Primero, el Dios Incognoscible, que no está en este mundo pero puede infiltrar una pequeña partícula de Él, un Enviado. Este Enviado también es increado, no ha sido creado por el dios creador.
Segundo, los Espíritus aprisionados de los hombres, los cuales pertenecen también al mundo incognoscible de lo increado y eterno. Según la Gnosis todo ser vivo tiene encadenado a su alma un elemento Espiritual increado: el Espíritu. El Espíritu encerrado en el hombre es totalmente superior al de los animales, plantas y otros seres vivos. Es tan grande la diferencia entre el hombre y los demás seres vivos, como son de diferentes los Espíritus que se hallan aprisionados en su interior. Los Espíritus de los seres humanos son de una elevadísima categoría Espiritual.
Tercero, otro ente increado, inserto en este plano de creación, es el conocimiento salvador y divino de la Gnosis. Conocimiento que ha venido de afuera, que no ha sido elaborado dentro de este mundo.




 LA SERPIENTE DE LA SALVACION

Hemos dicho que, según la interpretación Gnóstica del Génesis, el dios creador había aprisionado a Adán y Eva en un mundo de miseria y los había dotado de un alma servil. Dice la biblia que después de comer el fruto prohibido Adán y Eva se escondieron, avergonzados por la falta cometida. Dios llegó al paraíso y llamó a Adán con estas palabras: “¿Dónde estás?”. Dios parece comportarse como un amo llamando a su sirviente. Al no encontrarlo parece decir “¿Dónde estás? ¿Dónde te has metido? ¿Qué has hecho? ¿Qué pasa que no estás aquí trabajando?”.

Este dios creador los ha creado a Adán y Eva incapaces de distinguir entre el bien y el mal, entre el reino de lo increado y el reino de lo creado. También los creó ignorantes de su origen y su destino.

¿Por qué los había creado así? Según la Gnosis, no quería el creador que los hombres conocieran su verdadero origen. Este mundo ha sido creado contra la voluntad del Dios Incognoscible y el creador no quiere que los hombres sepan esas cosas. No quiere que se den cuenta en qué situación Espiritual se hallan, quiénes son, para qué han sido creados. Quiere que permanezcan en la ignorancia. Por eso les prohibió comer el fruto del árbol del conocimiento. Porque “se abrirían sus ojos”, despertarían y se percatarían de quiénes son y de dónde vienen, en qué situación están y qué deben hacer. Advertirían que el Edén no era un paraíso, sino todo lo contrario.

En la descripción que hace el Padre León Meurin en su libro “La franc-maçonnerie”, cuando comenta las interpretaciones Gnósticas sobre el paraíso terrenal y la Serpiente del Génesis, se encuentran estas ideas: Jehová no quiere que el hombre conozca su origen y su alto destino. Le ha prohibido todo contacto con el mundo superior. Quiere que el hombre lo refleje a él, al creador y no al Dios Supremo.

Pero el hombre despertó, se hizo conocedor del bien y del mal. ¿Cómo logró eso?, la Serpiente tentadora del Edén le dió a comer el fruto prohibido que abrió sus ojos. Según los Gnósticos esta Serpiente es Lucifer, el que trae la Luz. Lucifer significa eso: Portador de Luz. Lucifer tomó la forma de una serpiente para despertar a los hombres. Es un Enviado del Dios Supremo, del Dios Incognoscible. Es un Enviado del Dios Verdadero que penetró en este mundo de miseria, imperfecto y deficiente, para despertar y liberar al hombre, para mostrarle cuál es su verdadera situación y cuál puede ser su alto destino. Por esta razón los hombres que siguen los mandamientos del dios creador ven a la serpiente como algo maligno y satánico, y en medio de su gran confusión la equiparan a satanás.

Por el contrario, los Gnósticos ven a la Serpiente Lucifer como salvadora. Como alguien que vino a salvar a los hombres, como un Enviado del Dios Verdadero. Esta Serpiente iluminadora que trae la Gnosis , la verdad Gnóstica que permite descubrir lo auténtico y verdadero en este mundo de confusión, ha venido a liberar al hombre. Lucifer es el verdadero liberador del hombre. Ha venido a liberar al hombre de la tiranía de Yahvé, de la tiranía del dios creador. Les ha traído a los hombres el conocimiento verdadero capaz de liberarlos, el conocimiento que por sí solo libera, que puede ayudar al hombre a salir de este mundo satánico, a regresar al mundo de donde proviene.

Esta Serpiente es, para los Gnósticos, la Serpiente de la Salvación, la Serpiente que ha abierto los ojos de los hombres, que les ha ofrecido la manzana de la emancipación, para ayudarlos a despertar y liberarse de este mundo de miseria y materia impura.

El creador quiso hacer al hombre como a los demás seres vivos, incapaz de distinguir entre el bien y el mal, y por la acción de la Serpiente se ha despertado y liberado. Indudablemente, dicen los Gnósticos, este conocimiento, esta Gnosis que la Serpiente Lucifer ha traído a los hombres, ha producido un gran disturbio cósmico en la creación. Así es de poderoso este conocimiento. La Gnosis produce cambios en quien la recibe, en quien la escucha, porque no es un conocimiento común y corriente, es un conocimiento que libera.

Hay un interesante libro cuyo título es “Atheism in Christianity”, escrito por Ernst Bloch, que nos ofrece una buena síntesis de todo este aspecto del pensamiento Gnóstico, el aspecto relacionado con la Serpiente liberadora como Enviada del Dios Verdadero.

Los Gnósticos de épocas posteriores, en los orígenes del cristianismo, lo que se dió en llamar Gnósticos Cristianos o Cristianos Gnósticos, percibieron a Cristo como la Serpiente del Génesis. Esto fue así porque Cristo, mucho después de los sucesos del paraíso terrenal, al igual que la Serpiente vino a traer un mensaje liberador. Un mensaje que libera de este mundo impuro a los hombres. Según estos Gnósticos Cristianos, se trató de un conocimiento capaz de poner a los hombres en contacto con el otro mundo, opuesto al del demiurgo: el mundo incognoscible del Dios Verdadero.

A Cristo, portador de ese mensaje, de esa Gnosis, se lo ha equiparado a la Serpiente del Génesis, quien vuelve por segunda vez a la Tierra para ayudar nuevamente a la humanidad. En la primera venida fue la Serpiente Lucifer y en la segunda fue el Cristo Lucifer. Según la Gnosis Cristiana, cuando Cristo vino al mundo lo hizo por segunda vez, pues la primera fue en el paraíso terrenal. En ambas se trató en realidad de Lucifer, el Enviado del Incognoscible. En ambas su mensaje fue el mismo: la Gnosis que perturba, que produce cambios, que despierta y libera a quien la escucha. Para los Gnósticos Cristianos, la Serpiente es Cristo, el Salvador que vino dos veces a este mundo.

Hay un diagrama Gnóstico, en el que se ve una serpiente crucificada, clavada en una cruz, lo cual demuestra todavía más la identidad Gnóstica entre la Serpiente del Génesis y Cristo. Hay mitos que afirman que la cruz en la que Cristo fue crucificado fue hecha con la madera del árbol del conocimiento del bien y del mal. Debemos aclarar que nos estamos refiriendo a la gnosis judeocristiana, que es una deformación de la Gnosis Primordial.

Hubo una época en que todo este conocimiento estaba escrito y se transmitía. Pero ese período duró hasta la “conversión” de Constantino y el fortalecimiento de la iglesia de Roma como religión oficial del Imperio Romano. Desde ese momento los libros y documentos de la Gnosis fueron prohibidos, perseguidos y destruidos. Es muy poco lo que ha quedado de ellos.

Origenes, por ejemplo, describió un diagrama Gnóstico en el cual se ve claramente una serpiente que divide los dos mundos, el mundo creado y el mundo increado. Aunque a nadie le agrada este dualismo de los dos mundos, así es la realidad y hay que aceptarla. El Gnóstico sabe que hay otro mundo sumamente perfecto, un mundo que no tiene nada que ver con éste. Origenes pudo tener acceso a esos diagramas y libros Gnósticos, a toda esa información, para después criticarlos, como también lo hicieron San Agustín, Tertuliano, Hipólito, Ireneo de Lyon, Epifanio y muchos otros.

Pero ahora, la mayoría de los textos Gnósticos originales no existen, han sido destruidos. Estos críticos de la Gnosis distorsionaron toda la información de los textos Gnósticos originales, poniendo frases fuera de contexto para ridiculizarlas mejor, entre otras estratagemas. Pero nada de eso importa ya. La Gnosis Primordial está siempre presente, aunque muchos no lo adviertan. En las distintas oportunidades en que apareció abiertamente en el mundo se trató siempre de la misma Gnosis, aunque con diferentes connotaciones históricas y culturales. Aunque prohibida y perseguida, la Gnosis nunca desapareció y no desaparecerá jamás. Permanece siempre al alcance de quien la merezca. Cuanto más se la persigue más se fortalece.

Además del libro de Bloch, hay otros libros también interesantes que hacen una descripción de estos aspectos de la antigua Gnosis, en lo que se refiere a la Serpiente salvadora del Edén. Uno de ellos es “Adán, le dieu rouge”, de Robert Ambelain y otro es “Gnostics and their Remains”, de C.W. King, este último escrito en el siglo XIX.

Hay un dato muy interesante sobre la Serpiente del Génesis en el libro “Refutación contra todas las herejías”, escrito por Hipólito, gran perseguidor de Gnósticos. En este libro, Hipólito comenta y critica unas palabras de Celso, que para él son horrorosas. Se trata del fragmento de Celso en que éste sostiene, refiriéndose a los sucesos del paraíso terrenal, que así como el creador maldijo a la Serpiente cuando esta echó a perder sus planes y le arruinó su obra, así debe ser maldecido el creador por cada hombre que haya despertado. Así como el creador maldijo a la Serpiente de la Salvación, así será maldecido el creador mientras exista, por cada Espíritu liberado de sus garras. Hipólito observa horrorizado que, si bien sabía que los Gnósticos equiparaban al dios creador con satanás, nunca había imaginado que también lo maldicieran.

En efecto, en los pocos libros Gnósticos salvados de las llamas, vemos que el dios creador es llamado a veces satanás. La tradición Gnóstica se refiere al demiurgo como “satanás, el creador del mundo y del hombre”, “satanás y sus demonios, creadores del mundo”, y cosas por el estilo.
http://www.lareligionprohibida.com/la-serpiente-de-la-salvacion.htm#.Uot3IdJShLo